Tuesday, May 14, 2019

Enseñanza Católica sobre Inmigrantes y Refugiados


MIGRACIÓN
Nuestro enfoque a la migración está enraizado en el Evangelio y en siglos de tradiciones de la    enseñanza social católica. Uno de esos documentos es Ya  no somos extranjeros: Juntos en el camino  de la esperanza”, carta pastoral de los obispos católicos de México y de los Estados Unidos sobre la migración. Abajo encontrarán cinco principios que son los que guían el enfoque de la Iglesia con respecto a la migración.
Los Estados soberanos poseen el derecho de controlar sus fronteras. La Iglesia reconoce que todo Estado soberano posee el derecho de salvaguardar su territorio y sus fronteras. Sin embargo, las naciones con más poderío económico, las cuales tienen la capacidad  de  proteger  y  de  alimentar mejor a sus habitantes, tienen una obligación mayor de adaptarse a los flujos migratorios.
Las personas tienen el derecho de encontrar oportunidades en su tierra natal. Todas las personas tienen el derecho de encontrar en su propio país oportunidades económicas, políticas y sociales para tener una vida digna y plena mediante el uso de los dones que Dios les dio. En este contexto, un trabajo que proporcione un salario justo para vivir es una necesidad básica de todo ser humano.
Las personas tienen el derecho de emigrar para mantenerse a sí mismas y a sus familias. La Iglesia reconoce que todos los bienes de la tierra pertenecen a todos los pueblos. Cuando las personas no encuentran un empleo en su país de origen para poder mantenerse a sí mismas y a sus familias, ellas tienen el derecho de buscar trabajo en otro lugar para lograr sobrevivir. Los Estados soberanos deben proveer las formas para acomodar este derecho.
Debe protegerse a quienes buscan refugio y asilo. La comunidad global debe proteger a quienes huyen de las guerras y de la persecución. Esto requiere, como mínimo, que los migrantes cuenten   con el derecho de solicitar el estatus de refugiado sin que se les detenga y que su solicitud sea plenamente considerada por las autoridades competentes.
Deben respetarse la dignidad y los derechos humanos de los migrantes indocumentados. Independientemente de su situación legal, los migrantes, como toda persona, poseen una dignidad humana intrínseca que debe ser respetada. Con frecuencia, ellos están sujetos a leyes punitivas y al maltrato por parte de las autoridades, tanto en los países de tránsito como de destino. Se necesitan políticas gubernamentales que respeten los derechos humanos de las personas indocumentadas.
La Iglesia reconoce el derecho de todo Estado soberano de controlar sus fronteras para promover      el bien común. Asimismo, reconoce el derecho de todo ser humano de migrar para gozar de los derechos que Dios les dio. Estas enseñanzas se complementan entre sí. Son necesarias políticas gubernamentales que respeten los derechos humanos básicos de los indocumentados.


REFUGIADOS
Es una enseñanza católica fundamental que todo ser humano es creado a imagen de Dios y,  por  lo tanto, tiene derecho a la dignidad y al respeto. La Iglesia Católica considera ayudar a los necesitados como un deber cristiano fundamental que deriva directamente de  la  vida y  la  misericordia de  Cristo, que él mismo era un refugiado. Como cristianos, nosotros estamos llamados a dar la bienvenida a nuestros nuevos prójimos con el mismo amor y compasión que querríamos que nos mostraran en un tiempo de persecución. Debemos recordar que los refugiados de todo el mundo son enviados a nuestras comunidades y huyen del peligro, la explotación y la persecución.
El departamento de Servicios de Migración y Refugiados de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB/MRS, por su sigla en inglés) es una de las nueve agencias nacionales de reasentamiento de refugiados en los Estados Unidos que ayuda a los refugiados y aboga por la comunidad de refugiados. A través de un acuerdo de cooperación y subsidios con el gobierno federal, USCCB/MRS trabaja en  coordinación con  Catholic Charities y  otras  agencias asociadas alrededor de los Estados Unidos para dar la bienvenida y asegurar que  las  necesidades básicas de  cada refugiado que llega se cumplan adecuadamente.


¿CUÁL ES LA DIFERENCIA ENTRE UN REFUGIADO Y UN INMIGRANTE?

Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, un refugiado es alguien que ha sido forzado a huir de su país debido a la persecución, la guerra o la violencia. Un refugiado tiene un temor fundado de persecución por razones de raza, religión, nacionalidad, opinión política o pertenencia a un grupo social determinado.
Un inmigrante es alguien que deja voluntariamente su país para mejorar las perspectivas para ellos y sus familias.


Fuente: Campaña Mundial 'Share the Journey'

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