Aquí les comparto mi experiencia en el
Encuentro de Vida Consagrada de Pueblos Originarios en la comunidad Machetla II
(Diócesis de Huejutla, Hidalgo - México). Llegué el 20 de octubre por la mañana
y ya estaban todas las hermanas. La
alegría de todas, era muy contagian.
Mi hermana en la Congregación, Sor
Ana Luisa Prieto, me presentó a varias
hermanas de la Conferencia de Superiores Mayores de Religiosos en México (CIRM)
e incluso de las religiosas de la Comisión organizadora y al Obispo anfitrión;
un sacerdote súper sencillo. Y pronto me integré. También estaban las personas
de la Comunidad Machetla para recibirnos mientras que algunas hermanas preparaban
el Altar de la Cultura Maya con los 4 puntos cardinales.
El grupo de personas de la Comunidad
del lugar tenían muchas flores amarillas.
Luego nos invitaron hacer fila. Esto era su modo de darnos la Bienvenida: una bella
acogida. Las flores estaban tejidas en forma cadena, de modo que a cada hermana
se le iba colocando en la cabeza como corona de flores, luego te colocaban en
el cuello una cadena de flores de color amarillo y al final te daban en la mano
un tipo bastón pequeño de diferentes tamaños. La gran mayoría de las religiosas
participantes llevaban blusas blancas bordadas, se veían hermosas, como reinas
o mejor dicho: como Santa Teresa con su corona.
Luego nos invitaron a pasar al altar de
la cultura Maya y nos explicaron de cada punto del oriente: de donde sale el
sol ahí nace la vida de cada persona y la fertilidad tiene origen en el sol. En
el Oeste está el agua que encierra la vida y donde se oculta el sol: guarda la
energía. El equilibrio. Se transforma la vida. En el Norte está el poder y la fuerza.
El Sur: lugar de las espinas, es el lugar del auto sacrificio y lugar de las
flores.
Así, una religiosa nos invitó a ubicarnos
en dirección del oriente, después de leer el significado nos invitó a danzar
alrededor del altar con la música ritual de Huejutla. Pronto se me quedo el
ritmo de la música y la imagen de todas las religiosas danzando me recordó qué
significativa es nuestra vida.
Después cada Congregación se presentó en
forma muy creativa, fue muy vivencial. De ahí fuimos a la comida, estuvo bien
sabroso todo. Pero me quedé con una curiosidad y por ello fui a probar el
agua; era dulce como las aguas del
manantial de mi tierra (Puno, Perú) ahí estaba el secreto.
Nos presentaron el objetivo del
Encuentro, en seguida la metodología: EL
CAMINO DE LA TEOLOGIA INDIA: TOCAR EL CORAZON DE DIOS. Un método de reflexión
desde la teología india. Una guía para la reflexión teológica desde las narraciones
antiguas de nuestros abuelos/as. El responsable del tema fue Juan Manuel Garcia
(un Laico con mucha experiencia) que enfatizó que esta metodología consistía en
vivir y sentir la realidad con los dolores y alegrias de la vida de nuestros
pueblos. Es decir compartir los gozos y dolores de la VIDA del pueblo y ahí Contemplar
la voluntad de Dios y de los antepasados, explicar la respuesta histórica de
Dios a los problemas y construir una nueva
realidad ideal de la vida desde el proyecto de Dios.
Compartimos en el grupo sobre nuestras(os)
abuelas(os), teníamos muchas experiencias en común: los valores de la vida, el
gran amor a la tierra, el trabajo en común, el sentido rpfundo de lo comunitario, la confianza en
Dios, nuestro modo de contemplar a la naturaleza y el valor de nuestro idioma
originario. Si bien tenemos mucha particularidad y diferencias en la cultura, algo
que nos une mucho es nuestra lucha por el cuidado de la creación de Dios: la ecología.
Terminamos la jornada con una eucaristía
muy bonita presidida por 5 sacerdotes y acompañada por un coro de niñas, niños y
adolescentes que tocaban el violín. Todas las relgiosas estuvimos con nuestras
cadenas de flores (en la cabeza, en cuello y en la mano). Después de la misa,
cenamos y nos fuimos en un camioncito que llevaba entre 10 a 12 hermanas según
como estaba organizado. Pues la
comunidad se organizó para recibirnos a cada una en una familia ¡Me encantó
este gesto!
A mí me tocó hospedarme con una familia
que hablaba un idioma que jamás en mi vida había escuchado. La Señora que me
acogió tiene 2 hijos y 6 hijas pero todos están fuera de la casa. La mayoría de
sus hijas están en la Ciudad de México, uno de sus hijos en Monterrey y el otro
en Canadá. Ella vive con su nuera, una nieta y un nieto. Su casa esta muy
cuidada gracias al efuerzo de ella y sus hijas. Muy bonita familia, por 2
noches me quedé alegremente con ellas.
El segundo día empezamos con un desayuno
delicioso a base de huevo con frijoles
negros, bien rico. En seguida una oración
reflexiva, contemplativa y con danza. Luego tuvimos un dialogo abierto con algunas
preguntas como por ejemplo: ¿qué escuchamos? ¿qué resuena en el corazón? Después
fue el ILUMINAR desde la sabiduría de las(os)
abuelas(os).
Con la Hna. Herlinda, una religiosa
guatemalteca, se nos compartió el reloj de la cultura Maya. Un instrumento
usado desde tiempos muy antiguos para medir el paso de las horas, minutos y
segundos. Tenían 13 calendarios y 18 vinales según eso conocían la cualidad de
las personas y todo estaba conectado e
integrado. Por eso de las personas de esta cultura te preguntan: ¿cómo está tu corazón?
Ahí se depositan también la sabiduría de
los ancestros que nos narran cuentos con consejos. Frases que se repetían constantemente
sobre lo importante que es compartir los alimentos con los necesitados, con los difuntos y las actitudes que nos acompañan
para estar en paz interior; pues todo esto fortalece el corazón. Pues la
teología es la experiencia de Dios en las comunidades y pueblos Indígenas,
porque reconocen a Dios en todo.
El tercer día empezamos muy parecido
como los días anteriores: con un rico desayuno y una profunda oración. Sor Ana
Luisa Prieto hizo un resumen resaltando las ‘luces’ de los días vivido, fue muy
significativo. Este día lo dedicamos a colocar los medios para actuar.
¡Qué grandes enseñanzas he recibido y
recordado! Ahora me pregunto ¿cómo lo ofrezco en nuestra familia religiosa y en
el pueblo en donde estoy? Pues todo esto me ayudó a fortalecer mi corazón;
porque cuando tocamos lo profundo de nuestro ser, podemos hablar desde el
corazón y al estar ahí nos posibilitamos
a escuchar nuestros sueños. Aquella inspiración que brota desde la sabia manantial:
nuestra fuente. Encontraré el modo, lo sé y siento.
Culmino este tiempo con mucha gratitud con
todas esas mujeres de fe, con nuestra Congregación y con Sor Ana Luisa Prieto.
Gracias.
Escribe: Hna. Sofía Mamani CCVI. Religiosa Indígena - Quechua (Perú)
Hermana de la Caridad del Verbo Encarnado
Hermana de la Caridad del Verbo Encarnado
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