Gracias a Victor Mendoza - Escrito por Wilfredo Ardito Vega
-¡Provinciano ridículo! –exclamó una voz, seguida por un coro de carcajadas.
Uno de mis compañeros
había dado una respuesta rebuscada a la pregunta del profesor y otro
aprovechó para humillarlo públicamente.
Treinta años han
transcurrido desde este incidente, pero lo recuerdo como si fuera
ayer. Recuerdo también que una amiga cusqueña me comentó días después
lo mal que se había sentido por esta frase, pero ni ella
ni el profesor, ni nadie intervino, ni yo tampoco.
Ahora que soy profesor y
cuento esto a mis alumnos, ellos me dicen que sería imposible que un
incidente así se produjera en estos tiempos. Sin embargo, cuando les
pregunto si la discriminación existe en la Universidad,
la mayoría me dicen que sí. Lo mismo me indica la investigación que
una alumna mía realizó en las Universidades de San Marcos, Agraria,
Lima, San Marcos y San Martín. En muchos casos, la discriminación no
se expresa con acciones violentas u ofensivas, sino
simplemente se trata de junto a quién se sienta uno, a quién le habla,
con quién entabla amistad. A veces, está tan internalizada que quien
margina a otro por su color, ni siquiera es consciente de lo que está
haciendo. Leer más
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