Thursday, August 17, 2017

Corrupción en Perú

Corrupción. La corriente subyacente de injusticia, mal comportamiento, robo y mentira ha plagado muchas de las agencias del gobierno. También interrumpe las interacciones diarias entre los peruanos. No es ningún secreto que este hermoso país considerado por sus artes culinarias y conocido por sus maravillas naturales, lucha por progresar y desarrollarse de una manera donde la mayoría puede beneficiarse y prosperar. El constante empujón de querer defender la justicia y, sin embargo superar la corrupción resulta insuficiente e incluso un constante fracaso. Pero, este artículo no va a entrar en la historia de la corrupción en el Perú ni los acontecimientos actuales, aunque algunos antecedentes se utilizarán para conocer el contexto. Más bien, este artículo pretende observar las maneras en que el liderazgo de un país afecta a las comunidades al nivel local y al mismo tiempo destacando, dentro de las micro-sociedades, todas esas formas en las que ciudadanos de a pie también incurren en actos de corrupción. La teoría de “la economía trickle-down” establece que los beneficios y riqueza de los ricos eventualmente llegarán a la mayoría de las personas.

Si se aplica esta misma teoría a la conducta, las prácticas empresariales, y las expectativas, entonces una puede comprender mejor cómo la corrupción se ha infiltrado en la vida de los peruanos. Aunque aceptemos las influencias de los medios de comunicación y el liderazgo estatal, no podemos negar que presidentes anteriores como Alberto Fujimori, de hecho, causaron repercusiones a largo plazo - desde una perspectiva social y cultural. El autor Julio Carrión escribió: "En la era Fujimori la corrupción era una característica constitutiva primaria del régimen. Fujimori y su círculo íntimo estaban libres de escrutinio y podían actuar con impunidad" en su libro titulado "El Legado de Fujimori: El Auge del Autoritarismo Electoral en el Perú.”

En esencia, Fujimori formó las bases para un gobierno de fácil acceso a la corrupción y al crimen. De hecho, éste fue capaz de infiltrarse en todos los aspectos del sistema político y eliminar el respeto de toda autoridad. En el sentido de la necesidad de seguir protocolos y regulaciones vaciló. Su larga lista de malas acciones ha permanecido en muchos aspectos con el país.
Esto no quiere decir que Fujimori fuera el único culpable de la corrupción en Perú, sino que fue un actor importante para su existencia abierta e incluso aceptada.
Un profesor de química de la Universidad de San Pedro en Chimbote me compartió su perspectiva sobre la corrupción a nivel comunitario, él explica que una de las razones porque las personas actúan sin rendir cuentas es porque sus jefes han optado por actuar y pensar  más por sí mismos  que por el bien común. De hecho el sistema de control y equilibrio se ha ido degradando con el tiempo. De tal manera que aquellos dentro del poder y quienes se esfuerzan por obtenerla no logran distinguir que es realmente correcto y que no.

En Chimbote, aunque se pueden encontrar comportamientos similares en todo Perú, existe esta mentalidad: ‘las cosas no van a cambiar por lo tanto, entonces por qué esforzarse en tratar de cambiarlas’. Tal vez esta perspectiva se derive de los años de vivir bajo un sistema de gobierno y policía totalmente insatisfactorio. Sin embargo, las acciones resultantes o la falta de las mismas a menudo equivalen a ser insostenible o socavar unos a otros.

Lo fácil que es pagar a un oficial de policía para evitar obtener una sanción o para obtener documentos que acrediten que autos obsoletos sigan en vías públicas, es realmente sorprendente. Se ha convertido en la norma. Por ejemplo, los planos para un nuevo proyecto de construcción tiene un precio más alto que el calculado y el dinero extra beneficia a las empresas, esto es de conocimiento común, pero nadie reacciona para  exigir mayor transparencia. Del mismo modo, cuando un político asiste a una agencia sin fines de lucro para recibir una beca u operar fondos, se espera que una parte de ese dinero se le dé al político. De lo contrario se conoce como retroceso. Estos ejemplos de eventos en la vida real son sólo algunas de las formas en que la corrupción en formas simples tiene lugar. Por supuesto, estos ejemplos no representan a todos los peruanos, pero seguramente sí a algunos. Como yo, muchas personas se preguntan: ¿de dónde derivan estos comportamientos? ¿Son resultado de la pobreza o la codicia?

Conocer la respuesta a esa pregunta puede que nunca se haga evidente. Sin embargo, la enseñanza y primera escuela es el hogar. Los niños y los padres aprenden su código moral, sus modales y sus valores normales entre familia y amigos. Si queremos que las generaciones futuras vivan en una sociedad más justa y responsable, debemos primero tomar posesión de nuestros propios comportamientos y cómo influenciamos a quienes nos rodean.


Una comunidad educada gana poder conociendo sus derechos como ciudadanos. Por lo tanto, adquirir la capacidad de verificar todo poder. Porque cuando todo está dicho y hecho, un gobierno sin una comunidad no puede correr bien. Continuar permitiendo que las instancias antes mencionadas ocurran, permite el deterioro de la sociedad. Uno sólo esperaría que a través de la educación y la rendición de cuentas los que son atrapados en la corrupción serán procesados. Con el resultado a largo plazo de poner fin al sufrimiento de la gente y evitar las microagresiones diarias entre sí.

Escribe: Selena Mitchell, Misionera Laica del Verbo Encarnado


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