Hemos querido encaminar así la
cuaresma de este año, volviendo a lo más justo de nuestra vida, lo más
sostenible, lo más limpio.
Desde hace tiempo se habla mucho
de conversión ecológica, procurando que nuestra mirada se dirija más hacia el
cuidado de la casa común,
como nos recordaba Francisco en su encíclica Laudato Si.
Les animamos
a vivir una eco-cuaresma,
una cuaresma en clave de conversión, ecológica, y de cualquier otro aspecto que
necesite un giro de tuerca.
No es
necesario realizar grandes aspavientos para vivir una cuaresma convertida, o
conversa. La historia ha teñido la cuaresma de un morado doloroso, cuando no es
así su origen. Este tiempo previo a la Pascua es eso, un tiempo de
preparativos, y para eso no es preciso flagelarse o abusar de la palabra
sacrificio como si esta significara “dolor o pérdida” cuando en realidad
expresa “hacer algo sagrado” (una aclaración importante).
Así pues vivamos una eco-cuaresma, haciendo cada cosa de manera
sagrada. Procurando no tener asuntos pendientes.
La tradición, que suele acertar
(no siempre, es cierto), propone tres claves que podemos aprovechar para
realizar esa nueva versión del corazón.
Limosna: Compartir
aquello que tenemos con lleva a ser conscientes de lo afortunadas que somos.
¿Qué es lo que tienes? No es necesario que sea únicamente dinero, comparte lo
que posees. Si haces una lista de tus posesiones es probable que te encuentres
con otras propiedades: ropa, tiempo, alegría, capacidad de servir,
posibilidades de hacer gestos de bondad y de cariño,… y dinero, sí, también
eso.
En esta eco-cuaresma la limosna la
relacionamos con la abundancia de la naturaleza, que da de manera generosa,
desbordándose, que de una semilla salen varios frutos y de ellos cientos de
docenas de semillas, en un gesto multiplicador.
Ayuno: todas las
tradiciones religiosas conceden una gran importancia al ayuno, no solo porque
beneficia al cuerpo, que también, sino porque ayuda a tener la mente y el
espíritu más despierto, más atento a lo que sucede. Podemos relacionar el ayuno
con la contención de la voracidad de nuestros deseos más cotidianos: la
inmediatez de los resultados, la prisa, la ausencia de autocrítica, la fe ciega
en nuestras opiniones…
En esta eco-cuaresma el ayuno nos recuerda que
también podemos modificar nuestros hábitos de consumo injusto y degradante.
Quizás a partir de ahora puedas cambiar tus infusiones habituales de un
comercio convencional sencillamente por unas de comercio justo. ¿Se resentirá
en exceso tu presupuesto?, pero a lo mejor mejora tu autoestima humana, además
de colaborar con un mundo más de Dios.
Oración: esto es lo que más nos cuesta, porque no se ve, porque no
se obtienen resultados inmediatos. Es lo que tiene amar, que suele ser
gratis. Orar es adquirir un hábito saludable, por eso te animamos a
proponerte un tiempo de oración, pero con realismo, algo que verdaderamente
puedas llevar a cabo (mira que no usamos la palabra “cumplir”); proponerse
metas ambiciosas que no son realistas genera frustración y abandono de
proyecto, y… el proyecto no es otro que aumentar la relación con Dios.
Probablemente
tengas cerca una iglesia a la que poder acudir algún rato a lo largo de la
semana, o una comunidad con la que compartir alguna celebración, o un ratito en
tu habitación, respirando y agradeciendo, respirando y agradeciendo.
Y en clave
de eco-cuaresma la oración
nos ayuda a mirar la creación como la mira Dios, con ternura, cuidado y mimo.
Creación es todo: tú, el resto de la humanidad, los seres vivos, las montañas,
el aire, la nieve, el agua, el cosmos,… Siéntela tuya, como lo más preciado. Y
actúa.
Acabamos con
algunas líneas de la canción “Asuntos pendientes”.
Miré dentro y pensé que algo debe cambiar,
no puedo caminar con rencor en la piel y en los ojos la sal.
Confiar otra vez en la humanidad,
disfrutar de tus besos, oler en tus manos toda tu bondad.
Encontrar la razón de las horas perdidas,
entender el perdón como un gesto de amor para toda la vida.
Aceptar que hoy es hoy y que ayer fue pasado,
que aprender a vivir es saber descubrir que el futuro está actuando.
Olvidar el dolor de palabras hirientes
y cambiar la razón ojos que no te ven corazón que te siente.
Entregarme a la luz cuando llegue el momento
y buscarte en mi alma, encontrarte, saber y sentir que no tengo asuntos pendientes.
Asuntos pendientes…
no puedo caminar con rencor en la piel y en los ojos la sal.
Confiar otra vez en la humanidad,
disfrutar de tus besos, oler en tus manos toda tu bondad.
Encontrar la razón de las horas perdidas,
entender el perdón como un gesto de amor para toda la vida.
Aceptar que hoy es hoy y que ayer fue pasado,
que aprender a vivir es saber descubrir que el futuro está actuando.
Olvidar el dolor de palabras hirientes
y cambiar la razón ojos que no te ven corazón que te siente.
Entregarme a la luz cuando llegue el momento
y buscarte en mi alma, encontrarte, saber y sentir que no tengo asuntos pendientes.
Asuntos pendientes…
Escribe las Monjas Trinitarias, Monasterio de Suesa.
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