Gracias a la colaboración de nuestra Hna. Ivon
(Por Gerhard Müller) Lo primero que nos enseñó Gustavo fue a comprender que aquí se
trata de teología y no de política. En línea con las grandes encíclicas
sociales de los papas también marcó de forma clara la diferencia entre teología
de la liberación y ética social católica. Mientras que la ética social se
fundamenta en el derecho natural y pretende asegurar las bases de un estado
social y justo apoyándose en los principios de personalidad, subsidiaridad y
solidaridad, en el caso de la teología de la liberación se trata de un programa
práctico y teórico que pretende comprender el mundo, la historia y la sociedad
y transformarlos a la luz de la propia revelación sobrenatural de Dios como
salvador y liberador del hombre.
Cómo se puede hablar de Dios ante el sufrimiento humano, de los pobres
que no tienen sustento para sus hijos, ni derecho a asistencia médica, ni
acceso a la educación, excluidos de la vida social y cultural, marginados y
considerados una carga y una amenaza para el estilo de vida de unos pocos
ricos.
Esos pobres no son una masa anónima. Cada uno de ellos tiene un rostro. Cómo puedo yo como cristiano,
sacerdote o laico, bien sea en la evangelización o en el trabajo científico-
teológico, hablar de Dios y de su Hijo que se hizo hombre y murió por nosotros
en la cruz y dar testimonio de Él, si no quiero construir otro sistema
teológico junto al ya existente, sino decirle al pobre concreto, cara a cara:
Dios te ama y tu dignidad imperdible tiene su fundamento en Dios. Cómo se hace
concreta la consideración bíblica en la vida individual y colectiva si los
derechos humanos tienen su origen en la creación del hombre a imagen y
semejanza de Dios. LEER MÁS
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