‘Las mujeres de todo el país y de todo el mundo
salieron a las calles el 21 de enero en una manifestación sin precedentes en
favor a los derechos humanos y la igualdad. La Marcha de Mujeres en Washington
fue acompañada por más de 600 marchas solidarias en 81 países, Continentes y
rompió récords con informes de casi cinco millones de personas que participaron
en todo el mundo.
En Washington, las religiosas se reunieron en Stuart Center en la víspera de la marcha para orar, compartir la cena y participar en un taller de no violencia. El grupo se unió a más manifestantes en la mañana siguiente para la misa en la Iglesia de San Pedro en Capital Hill. De allí se dirigieron a unirse a la multitud de mujeres y hombres que se dirigían al centro comercial para unirse a los cantos, gritos y marchas que estallaban en todas direcciones.
Las manifestantes representaban una amplia gama de causas políticas mostradas claramente en los signos que llevaban y los cantos que les dejaron sin voz. Sin embargo, lo que también fue claro para muchas fue la interseccionalidad de las diversas causas y el compromiso compartido de muchos manifestantes por la justicia para las mujeres, las familias, los inmigrantes y los refugiados; apoyo a los derechos humanos, la asistencia sanitaria y las protecciones medioambientales; y un compromiso con la no violencia’. (Del boletín del LCWR)
Nuestras religiosas, de las Hermanas de la Caridad del Verbo Encarnado, estuvieron entre quienes participaron en marchas locales en Austin, TX y San Luis, MO. La marcha en San Luis atrajo alrededor de 20.000 participantes, una de las marchas y demostraciones más grandes de la historia reciente allí, y la marcha en Austin atrajo a más de 30.000 participantes.
Sister Jean Durel CCVI y Sister Martha Ann Kirk CCVI estuvieron entre las religiosas que asistieron a la Marcha de la Mujer en Austin, TX. Sister Jean Durel compartió que "fue una experiencia increíble estar con 30.000 personas - multi-generacionales y multiétnicas - en una marcha pacífica para decir que los derechos de las mujeres son derechos humanos y que estamos juntas, reconociendo que defender a la más marginada es defender a todas/os nosotras/os."
Sister Martha Ann Kirk también compartió sobre su experiencia. "Me tocó una mujer con oxígeno en una silla de ruedas en la marcha en Austin, cuyo cartel decía: ‘escuche nuestra voz, los derechos de las mujeres son derechos humanos, las vidas negras son importantes, ningún humano es ilegal, y la ciencia es real’. Mientras caminaba junto a ella viendo el oxígeno manteniéndola viva, yo también estaba viendo a tanta gente llevando letreros diciendo: ‘La revocación de salud médica accesible es una sentencia de muerte para muchas’. Parecía una marcha para crear un mundo de dignidad humana donde todas/os se respetan, se protegen y se alientan. Los padres, los maridos y los amigos también participaron y llevaban letreros expresando su respeto por las mujeres y las esperanzas de sus hijas.”
Yo y Sister Mary Kay McKenzie CCVI asistimos a la Marcha de Mujeres en San Luis, MO. Para mí, la Marcha fue una experiencia del Espíritu Santo, llamándonos a ser comunidad con nuestras diferentes identidades y experiencias; para unirnos en solidaridad con todas las mujeres, elevar nuestras voces y orar con los pies en la tierra por el tipo de comunidad amada, formado en la justicia, de la que hablan nuestras Escrituras. Fue una experiencia que me dio muchas energías y esperanza.
Si bien la Marcha de la Mujer fue una manifestación histórica y llamó la atención del público y de los medios de comunicación, Sister Jean nos recuerda que "una marcha no es suficiente. La llamada a cada una de nosotras, si fuimos a una marcha o no, es tomar acción en nuestras comunidades locales. La nueva campaña es: 10 acciones en 100 días. La primera acción: envíe una carta a sus senadores sobre lo que más le importa ¿Por qué no empezar? Por ejemplo ¿estás molesta por el muro planeado en la frontera México-Estados Unidos o por las amenazas a las ciudades que se declaran como Santuario? Déjalo saber a sus senadores. Puedes encontrar más información en internet.”
En Washington, las religiosas se reunieron en Stuart Center en la víspera de la marcha para orar, compartir la cena y participar en un taller de no violencia. El grupo se unió a más manifestantes en la mañana siguiente para la misa en la Iglesia de San Pedro en Capital Hill. De allí se dirigieron a unirse a la multitud de mujeres y hombres que se dirigían al centro comercial para unirse a los cantos, gritos y marchas que estallaban en todas direcciones.
Las manifestantes representaban una amplia gama de causas políticas mostradas claramente en los signos que llevaban y los cantos que les dejaron sin voz. Sin embargo, lo que también fue claro para muchas fue la interseccionalidad de las diversas causas y el compromiso compartido de muchos manifestantes por la justicia para las mujeres, las familias, los inmigrantes y los refugiados; apoyo a los derechos humanos, la asistencia sanitaria y las protecciones medioambientales; y un compromiso con la no violencia’. (Del boletín del LCWR)
Nuestras religiosas, de las Hermanas de la Caridad del Verbo Encarnado, estuvieron entre quienes participaron en marchas locales en Austin, TX y San Luis, MO. La marcha en San Luis atrajo alrededor de 20.000 participantes, una de las marchas y demostraciones más grandes de la historia reciente allí, y la marcha en Austin atrajo a más de 30.000 participantes.
Sister Jean Durel CCVI y Sister Martha Ann Kirk CCVI estuvieron entre las religiosas que asistieron a la Marcha de la Mujer en Austin, TX. Sister Jean Durel compartió que "fue una experiencia increíble estar con 30.000 personas - multi-generacionales y multiétnicas - en una marcha pacífica para decir que los derechos de las mujeres son derechos humanos y que estamos juntas, reconociendo que defender a la más marginada es defender a todas/os nosotras/os."
Sister Martha Ann Kirk también compartió sobre su experiencia. "Me tocó una mujer con oxígeno en una silla de ruedas en la marcha en Austin, cuyo cartel decía: ‘escuche nuestra voz, los derechos de las mujeres son derechos humanos, las vidas negras son importantes, ningún humano es ilegal, y la ciencia es real’. Mientras caminaba junto a ella viendo el oxígeno manteniéndola viva, yo también estaba viendo a tanta gente llevando letreros diciendo: ‘La revocación de salud médica accesible es una sentencia de muerte para muchas’. Parecía una marcha para crear un mundo de dignidad humana donde todas/os se respetan, se protegen y se alientan. Los padres, los maridos y los amigos también participaron y llevaban letreros expresando su respeto por las mujeres y las esperanzas de sus hijas.”
Yo y Sister Mary Kay McKenzie CCVI asistimos a la Marcha de Mujeres en San Luis, MO. Para mí, la Marcha fue una experiencia del Espíritu Santo, llamándonos a ser comunidad con nuestras diferentes identidades y experiencias; para unirnos en solidaridad con todas las mujeres, elevar nuestras voces y orar con los pies en la tierra por el tipo de comunidad amada, formado en la justicia, de la que hablan nuestras Escrituras. Fue una experiencia que me dio muchas energías y esperanza.
Si bien la Marcha de la Mujer fue una manifestación histórica y llamó la atención del público y de los medios de comunicación, Sister Jean nos recuerda que "una marcha no es suficiente. La llamada a cada una de nosotras, si fuimos a una marcha o no, es tomar acción en nuestras comunidades locales. La nueva campaña es: 10 acciones en 100 días. La primera acción: envíe una carta a sus senadores sobre lo que más le importa ¿Por qué no empezar? Por ejemplo ¿estás molesta por el muro planeado en la frontera México-Estados Unidos o por las amenazas a las ciudades que se declaran como Santuario? Déjalo saber a sus senadores. Puedes encontrar más información en internet.”
Escribe: Jennifer Reyes Lay (Oficina Congregacional de JPIC)
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