(Por Katty Huánuco, CCVI) En el Perú miles de personas buscan trabajo. Aprovechando
esa necesidad las organizaciones que se dedican a la Trata de Personas, con
engaño o violencia, someten a la explotación laboral o sexual a niñas, niños,
mujeres y hombres.
Indigna leer, ver y/o escuchar cómo las redes de ‘tratantes’ se
apoyan –cada vez más- en la corrupción existente en algunas instituciones
públicas. Éstas últimas, sobre todo, en las ciudades consideradas con más alto
índice de ‘trata de personas’.
Al mismo tiempo, entristece saber que las
redes sociales, son un potencial espacio para captar a más víctimas. Ya que los tratantes no son delincuentes comunes. Pero ¿por
qué? Acaso es porque varias(os) de nosotras(os) publicamos información en
nuestras cuentas. Quizá, pero hay definitivamente algo más: nuestra
indiferencia.
Dejemos de ser ingenuas(os). No estar
conscientes de este delito, es base para caer fácilmente en el engaño.
Pues los tratantes tienen una
estructura que les permite tomarse todo el tiempo necesario para generar un
vínculo de confianza y engañar.
Es hora de actuar. Basta de
indiferencia. No tengamos más víctimas.
Porque cualquiera puede ser una víctima. Realicemos cadenas
pero de solidaridad. Que nuestras
amigas(os), seguidores(as) en redes sociales y nosotras rompamos la cadena de
la indiferencia frente a la denominada esclavitud del siglo XXI.
Usemos nuestras cuentas en redes
sociales cada 23 de septiembre, considerado el Día Internacional Contra la Trata
de Personas, para difundir información y así tomar conciencia, prevenir y
evitar, e incluso distinguir lo que es la Trata de personas y cómo ésta afecta
o puede afectar a nuestras familias.
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