Wednesday, February 20, 2019

DE LA AMAZONÍA SU AGONÍA. En camino al Sínodo PanAmazónico


“Esperar cosas que no vemos, con paciencia las debemos esperar” (Rom. 8:24) fue la expresión motivadora luego de participar en el Encuentro Nacional Amazonía: reto a la evangelización, organizado por el Instituto Bartolomé de las Casas, en Lima, el 12 y 13 de febrero de este año; y más, José Manuyama,  laico de Iquitos (Perú) quien en su presentación testimonial utiliza la expresión Agonía que, en entre las acepciones precisadas por la Real Academia de la Lengua Española, es un ansia o deseo vehemente y lucha, contienda. El deseo vehemente y la lucha por salvar su entorno es una constante de los Pueblos Indígenas amazónicos.

El Encuentro contó con una rica introducción sobre el tema a cargo de la politóloga Rosa Alayza,  luego el P. Pedro Hughes compartió sobre El Sínodo de la Iglesia Amazónica: desde la periferia, aportes teológicos, y testimonios de quienes viven y comparten su vida en la Amazonía como el laico mencionado, la Hermana Ester Rojas de Madre de Dios y el P. Percy Pinedo de Yurimaguas. Fue muy enriquecedor compartir los trabajos en grupo  entre todos los  participantes.

Para considerar la agonía de la Panamazonía señalamos que su Cuenca  abarca una superficie en el planeta del 6% y el 57% de la totalidad de los territorios de nueve países de Latinoamérica (Brasil, Colombia, Perú, Bolivia, Venezuela, Ecuador, Guyana, Surinam y Guyana Francesa). 

Aproximadamente 400 pueblos indígenas lo tienen como su territorio ancestral. Y sus culturas manifiestan cosmovisiones y conocimientos a lo largo de siglos de convivencia en equilibrio con la naturaleza, que han permitido preservar la Panamazonía contribuyendo así a la vida del planeta.  Además, es la cuenca hidrográfica más grande del mundo y sus ríos representan el 20% de las aguas fluviales del planeta. Está conformada por bosques tropicales que son grandes reguladores del clima, captadores y almacenadores de dióxido de carbono, los cuales representan un gran reservorio de biodiversidad.

La gran riqueza de la cuenca ha sido – históricamente- vista solo como espacio de explotación económica y, en la actualidad, la gravedad de su estado es promovida por el extractivismo neoliberal generando consecuencias de degradación ambiental con el correlato de degradación social (trata de personas, tráfico ilegal de drogas, minería ilegal, entre otras.)

Por ello, la gran importancia de prepararnos para el Sínodo PanAmazónico que no es un tema exclusivo para los habitantes de la Amazonía sino para toda la humanidad. Que  en nuestra actitud de creyentes tengamos presente el desafío común de cómo anunciar la Buena Noticia del Reino en una situación de explotación y también de compromiso por la vida, según manifestó la teóloga Glafira Jiménez, al comunicar las conclusiones del Encuentro.

Para finalizar y como producto del Encuentro Nacional, la delegación de Chimbote (puerto pesquero de la costa norte del Perú) nos comprometimos a articular nuestros esfuerzos, informar y sensibilizar sobre la problemática amazónica que se encuentra en agonía. Se necesita  con urgencia el compromiso moral y espiritual del mundo entero para hacer posible la vida de nuestro planeta.


Que las palabras del Papa Francisco nos sigan animando: “El futuro de la humanidad no está únicamente en manos de los grandes dirigentes, las grandes potencias y las élites. Está fundamentalmente en manos de los Pueblos”.

Escribe Victor Mendoza Barrantes.
Miembro del Comité Internacional de Justicia, Paz e Integridad de la Creación de las Hermanas de la Caridad del Verbo Encarnado. Asimismo es Director de la Comisión de Justicia Social - Diócesis de Chimbote, Perú. 
Fotografía de la Comisión de Justicia Social

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