¡Renunció! Se escuchó en todo el Perú luego que el breve Presidente de la República Manuel Merino lo anunciara. Fueron cinco días en el poder y cinco días de movilización nacional permanente por la dignidad nacional y por una sociedad sin corrupción.
Manuel Merino se desempeñaba como Presidente del Congreso luego que Martín Vizcarra, Presidente de la República, por presión ciudadana y de acuerdo a las facultades otorgadas por la Constitución Política, disuelve el Congreso y convoca a elecciones en enero 2020. La expectativa ciudadana del nuevo Congreso era de apoyo al Ejecutivo para atender los principales problemas del país (lucha contra la corrupción, atención preferente a la pandemia COVID, reactivación económica y profundizar reformas en justicia, educación y política).
Mientras, Martín Vizcarra, sin bancada partidaria en el nuevo Congreso, venía siendo investigado por el Ministerio Público por presuntos actos de corrupción como gobernador regional en años anteriores. La Constitución Política (art.117) precisa que no es posible iniciar válidamente en contra del Presidente de la República ningún proceso penal por delitos distintos a traición a la patria, impedir elecciones y otros que no incluyen delitos de corrupción. Se le investiga pero no se le acusa. Culminado su mandato puede acusársele. En cambio, la mayoría absoluta del nuevo Congreso, encontró el fundamento para vacarlo interpretando a su favor “la incapacidad moral permanente” (art.113 inc.2 de la Constitución).
El Ministerio Público investiga a 68 de los 130 integrantes del Congreso. Amparados en la inmunidad parlamentaria continúan con sus funciones. Hay dos condenados por el Poder Judicial que deberían estar purgando pena; continúan protegidos por el poder parlamentario. Del total de congresistas 105 vacan a Vizcarra al declararlo incapaz moral por las investigaciones de corrupción. La intención de fondo: tomar el poder absoluto en el parlamento y en el ejecutivo. Porque al ser vacado el Presidente de la República el Presidente del Congreso asume la más alta investidura.
El pueblo, de inmediato, tomó las calles. Y particularmente los jóvenes en todo el país. Manuel Merino nombra un gabinete integrado en su mayoría por posturas antidemocráticas y anti reformas. Las movilizaciones son mayores y masivas, los jóvenes hombres y mujeres asumen el liderazgo en las calles.
Hay una oposición abierta al Presidente Merino y su gabinete. Se reiteran protestas a nivel nacional en la calle, en las casas a través de los cacerolazos y las redes sociales para la convocatoria y la organización. La represión también se manifestó de inmediato con la Policía Nacional. El uso excesivo de la fuerza provocó decenas de heridos de gravedad, detenidos y la muerte de dos jóvenes Inti Sotelo y Bryan Pintado. Estos graves hechos ocasionaron las visitas de una Delegación de las NNUU DDHH y la Comisión Interamericana de DDHH.
Hoy existe un gobierno transitorio hasta el 28 de julio del 2021 fecha en que nuestro país recuerda su bicentenario republicano. Y, en alusión a tan conmemorativa fecha, académicos locales han denominado a los jóvenes promotores del fortalecimiento democrático Generación del Bicentenario.
Para finalizar, propicias son las palabras de Carlos Castillo, arzobispo de Lima en reciente homilía: Agradecer a los jóvenes por la fuerza de su conciencia, la valentía de su espíritu, la seriedad de su paz, la capacidad de decir las cosas con alegría y esperanza.
Víctor Mendoza Barrantes
Director de la Comisión de Justicia Social de la Diócesis de Chimbote (Perú)
Integrante del Comité Internacional JPIC - CCVI
No comments:
Post a Comment