(Escribe Rosario Salas Paredes). Hace unos días estuve en Chimbote y me emocionó la idea de ir, con mis hermanas y hermanos, a limpiar la bahía. Jamás lo había ido a limpiar un puerto como lo es el Puerto de Chimbote; tampoco tenía idea de cómo iba a ser o que tan sucio podía estar. Llegamos y nos dimos con la sorpresa de que el lugar era extraordinariamente hermoso pero pedía auxilio, a gritos.
La bahía estaba invadida de indiferencia. El estado en que se encontraba la bahía me hacía sentir tristeza ¿Cómo y por qué permitimos llegar al extremo de no cuidar nuestro propio espacio? La diversidad y cantidad de vida que puede existir en la playa La Caleta y sus alrededores tendría, ya debería ser escuchada. Tendría que hacernos decir a todas y todos, ¡basta!
Sé y soy consciente de que la realidad de contaminación que veía no sólo depende de las personas que viven ahí. Sin embargo, las autoridades podrían asumir algo de responsabilidad. Considero que cuando hay voluntad todo puede ser diferente. Por ejemplo, se podría reducir los niveles de contaminación por parte de empresas que desechan residuos contaminantes en las playas.
El Proyecto ALBA (Alabando, Limpiar, Bahía, Atardecer) es una iniciativa del Centro Pastoral de la Universidad del Santa, en donde nuestras Hermanas CCVI en Perú participan activamente. Esta actividad del proyecto me hizo contemplar, amar y concientizar más la idea del por qué debemos amar a nuestra casa común. Si Dios fue tan bondadoso de brindarnos su creación ¿por qué nosotras(os) no retribuimos cuidandola? Y es que no nos damos cuenta que somos nosotras quienes no sólo podemos disfrutarla sino que dependemos de ella.
Considero que desde el lugar donde vivamos o nos encontramos podemos hacer algo tan radical como cuidar ese espacio común ¿Qué tal si en vez de botar en la calle la basura, guardas la basura en tu mochila y al llegar a casa la ubicas donde corresponde? Sí, ese pequeño detalle hace una gran diferencia, porque estás contribuyendo por el cuidado de nuestra casa común.
Por favor, no dejes, ni esperes que la problemática de la contaminación ambiental crezca ahí donde estas tú. Recuerda, como señala el Papa Francisco en la encíclica Laudato Si, "todo está conectado;" todas las complicaciones ambientales nos afectan, especialmente a los más vulnerables. Seamos conscientes y trabajemos como equipo, amando la propia vida, nuestro hogar, nuestro planeta, porque Cristo fue bondadoso y misericordioso al darnos esta casa común, nuestro espacio para vivir
Finalmente, quiero agradecer a todas las personas que están liderando y participando en este hermoso proyecto. Su iniciativa inspira y estoy segura que se replicará.
Están en mis oraciones.
Rosario Salas Paredes es una joven pre-asociada CCVI en Los Olivos (Lima. Perú).