Wednesday, April 26, 2017

Lo que El Niño Costero pone en agenda

[Perú] El niño costero ha permitido visualizar las consecuencias de la corrupción en la vida cotidiana de la población: carreteras, puentes y todo tipo de obra pública mal hecha, que sucumbe ante el primer embate de la naturaleza y trastoca la vida de los ciudadanos, debido a que los responsables de su ejecución se apropiaron de parte de los fondos destinados para esas obras. No es que “la ingeniería tiene un límite que siempre es superado por la naturaleza” como dijo Luis Castañeda Lossio, alcalde de Lima, sino que la corrupción no ha dejado actuar a la Ingeniería.


El niño costero ha puesto en evidencia el proceder corrupto de autoridades regionales y locales  que en connivencia con traficantes de terrenos han permitido el asentamiento de poblaciones en zonas vedadas, como lo acaba de evidenciar el caso del alcalde de Chilca. Esto ha originado que, según la Autoridad Nacional del Agua (ANA),al 2016 existan 563 poblaciones vulnerables a la activación de quebradas (huaycos), con 53 mil viviendas y 518 mil pobladores en riesgo[1].

Esperemos que lo sucedido permita que la población reflexione sobre la tan aceptada frase de  “todos roban, lo importante es que se haga obra”, y comprenda que lo importante es que la obra se haga sin robar y pensando en el largo plazo, teniendo en cuenta una naturaleza tan difícil como la peruana. Eso exige elegir autoridades que tengan un gran sentido de responsabilidad, compromiso con el bien común y honestidad; y no a personas que solo buscan entrar a la política para enriquecerse. También nos debería  llevar a pensar que no todos los candidatos que vienen con mucho dinero, son por eso, buenos candidatos; en muchos casos no sabemos de dónde viene su dinero y el tal dinero viene con  compromisos tomados que alimentan la corrupción como estilo de gobierno.

Lo sucedido también plantea la urgencia de cambios sustanciales en el ordenamiento legal e institucional para frenar la corrupción en el manejo de los fondos públicos.

+ La regionalización
La corrupción que nos aflige es un gran obstáculo para las tareas de reconstrucción. Justamente una de las preocupaciones actuales es cómo asegurar que el dinero destinado para la reconstrucción no termine en las manos de autoridades corruptas.   Sin embargo nos parece que esta preocupación, legítima por lo demás, no debe llevar al gobierno central a dejar de lado a las autoridades locales y regionales. Actualmente vemos un interés mediático grande en destacar sobre todo la corrupción en los niveles regionales y locales.

Hoy, con el argumento de la corrupción, asistimos a un serio cuestionamiento de la regionalización, hablándose con frecuencia incluso del fracaso de la misma, olvidando que la corrupción no está circunscrita a ese nivel y que es un problema nacional, que también abarca al Ejecutivo.  Basta con recordar que los ex presidentes Fujimori, Toledo, García y Humala están con serios cuestionamientos al respecto.

También se olvida lo señalado por un editorial de La República “Desde el inicio del proceso (de regionalización) se ha producido un desarrollo sin precedentes de las regiones peruanas (…) más de la mitad de las regiones durante varios años ha crecido por encima del crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI) nacional, en tanto que la intensidad en la construcción de infraestructura básica en los últimos 10 años aumentó notablemente respecto de las décadas precedentes”[2].
El Economista Richard Webb da cifras que respaldan lo afirmado por La República. Él destaca que “el gasto público en las áreas rurales crece aún más por la descentralización y es mayor el impulso a los programas nacionales de infraestructura”[3]. Para Webb es ese desarrollo de infraestructura lo que ha permitido el progreso en las zonas rurales.

+ La responsabilidad empresarial
Es curiosa la posición de los medios de comunicación, sumamente críticos con el rol jugado por el proceso de regionalización en la corrupción, pero invisibilizan totalmente la responsabilidad del sector empresarial en la misma. Acostumbrados a ese discurso, cuando en el país hablamos  de corrupción siempre nos centramos en el sector público, y el sector privado aparece libre de toda mancha.  Pero no es así. Tampoco hay que olvidar la corrupción en el sector empresarial, sector que probablemente juegue un rol central en la reconstrucción actual.

El economista Oscar Ugarteche señalaba que “En el Perú, la corrupción de la década del 90 estuvo concentrada en un pequeño núcleo del sector empresarial, que asaltó al Estado, donde políticos y empresarios del régimen se unieron para canibalizar US$7.000 millones provenientes de la privatización”[4].

En el caso Odebrecht, que actualmente remece los cimientos de la política peruana, el periodista Angel Paéz señala que su representante Barata ha declarado que Graña y Montero, ICCGSA y JJC Contratistas Generales, las más importantes ejecutoras de obras públicas del Estado en los últimos 15 años y socios de Odebrecht en el caso de la licitación de los tramos 2 y 3 de la Interoceánica Sur durante el gobierno de Alejandro Toledo (2001-2006), estuvieron de acuerdo en abonar el dinero para las coimas[5].

Tampoco hay que olvidar que cuando se dio a conocer la gran corrupción de la década fujimorista los gremios empresariales, se mostraron renuentes desde el inicio a cualquier investigación de la corrupción en el sistema bancario, empresas transnacionales, medios de comunicación o de la renegociación de la deuda externa; con el argumento de que ello afectaría “la confianza” de los inversionistas. Lamentablemente hoy muchos de ellos están en una posición similar, que no ayuda en los esfuerzos anti-corrupción que requiere nuestro país.

Escribe: Pilar Arroyo
Publicación original de http://bcasas.org.pe 



[1] ) Cf. Armando Mendoza “Desigualdad y el Niño Costero: un desastre no natural” nota 6 en Revista Intercambio (Compañía de Jesús), edición n. 37.
[2] )”Un tema escondido”. Propuestas claras sobre la descentralización en los próximos cinco años” Editorial de La República del 5 de diciembre del 2015.
[3] ) Richard Webb Conexión y Despegue Rural (Lima, Universidad San Martín de Porres, 2013) 271 p.156,157,158, 159 y 166. El libro se puede bajar de: http://institutodelperu.org.pe/descargas/conexion_y_despegue_rural_25.03.13.pdf
[4] ) O. Ugarteche “Crisis global: La epidemia comenzó en EE.UU.”En Oxfam Pobreza, desigualdad y desarrollo en el Perú. Informe Anual 2008/2009 p.25.
[5] ) Cf. Ángel Páez “Corruptos seriales”, La República 27 de febrero de 2017.

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