Según los especialistas, la sociedad peruana está polarizada cada vez más. Y un indicador que la ratifica es el resultado para la segunda vuelta de las Elecciones Presidenciales 2021 – 2026, entre Keiko Fujimori de Fuerza Popular y Pedro Castillo de Perú Libre.
Dos agrupaciones políticas ubicadas en los extremos (derecha e izquierda) resultan triunfantes de la contienda en que participaron 18 agrupaciones políticas, y un ausentismo de electores que bordea el 30% (cifra más significativa en los últimos 20 años). Los ganadores Castillo y Fujimori obtienen el 10,9% y 7,6% respectivamente, de la totalidad de votos válidos. Porcentajes que demuestran la falta de representación mayoritaria en situaciones de crisis ocasionadas por la pandemia Covid-19 y las crisis político-sociales y económica.
Keiko Fujimori es la hija del ex presidente Alberto Fujimori (en prisión por violación a los derechos humanos y corrupción) reiterante candidata presidencial que se comprometió a no hacerlo para este período. Ella ofrece “mano dura” y garantías para la continuidad del modelo económico neoliberal. Actualmente está siendo procesada por “la presunta comisión del delito de organización criminal con la agravante prevista del delito de lavado de activos en las modalidades de actos de conversión, transferencia, ocultamiento y tenencia”, según acusación fiscal. La candidata Fujimori tiene una gran oposición a través del movimiento ciudadano “Fujimori Nunca Más”.
¿Quién es Pedro Castillo? Desconocido en el quehacer político nacional es un maestro de escuela rural, dirigente sindical docente y para no pocos es un “comunista” que, de ganar, desestabilizaría el estado económico bien llevado por los últimos regímenes neoliberales. Así como también nos enrumbaría a situaciones como las de Cuba y Venezuela. En cambio, para sus simpatizantes, es quién posibilitará el cambio que el Perú necesita para bien de la mayoría invisibilizadas del país.
“Ambos representan un serio problema para la democracia y el país” advierte el periodista de investigación Gustavo Gorriti. Ninguno de los dos garantizan el respeto de los derechos civiles, una educación pública en perspectiva de equidad de género, la defensa de los derechos humanos y el fortalecimiento de la institucionalidad democrática. Ante esta realidad organizaciones representativas de la sociedad civil, se están manifestando a fin de que ambos candidatos se comprometan en respetar una agenda mínima que tiene como centro garantizar los DD.HH. y fortalecer la institucionalidad democrática.
Ad portas de la celebración del Bicentenario de la República, el Perú requiere cambios estructurales que considere a las mayorías olvidadas que se encuentran en los espacios urbano marginales y rurales del país. La pandemia COVID-19 ha mostrado crudamente la real situación de nuestro país y el rol del Estado para satisfacer el derecho a la salud. Ocupamos el primer lugar en el mundo junto con la República Checa con más víctimas mortales COVID-19. ¿Dónde están los resultados de la bonanza económica?
Como pueblo y sociedad estemos vigilantes y activos para defender lo conquistado y mantener la esperanza de un Perú mejor.
Escribe: Víctor Mendoza Barrantes
Director de la Comisión de Justicia Social – Diócesis de Chimbote, Perú
Miembro del Comité Internacional de Justicia, Paz e Integridad de la Creación (JPIC - CCVI).
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