Durante estos tres días de encuentro abordamos temas de prevención, incidencia, aplicabilidad de la Ley contra la trata, la situación migratoria en Perú, la Trata, Ética y corrupción además de una potente reflexión teológica sobre trata de personas a la luz del icono de La Visitación.
Fue un tiempo muy significativo porque, como se explica en la
Declaración Final del Encuentro, las/los participantes estuvimos muy conmovidas/os por los hechos recientes de
explotación laboral visibilizados en el incendio del Edificio Nicollini (Cercado de Lima). Por lo que la Red
Kawsay se unió en oración y expresó su pesar y condena frente a este suceso y todas las modalidades
de trata de personas: ‘nos indigna la normalización
estas prácticas tan arraigadas en la sociedad y exigimos un debido
proceso por las víctimas y por
sus familias que claman justicia’ indica la Declaración.
Asimismo se compartió algunas prácticas de la Red en
coordinación con operadores del Estado que se vienen desarrollando en Puno y Madre
de Dios, así también la experiencia de la Red Un Grito Por La Vida de Brasil y
la inicitaiva para formar Red Kawsay Bolivia.
Tras las temáticas y espacios de articulación, como Red
Kawsay sentimos una fuerte llamada a una mayor profesionalización de las(os) miembros
de la Red, con enfoque en la sensibilización e incidencia, particularmente para
la fiscalización de las acciones del Estado Peruano como estrategia de
prevención.
Culminamos agradecidas por el espacio de encuentro,
oración, articulación y capacitación. Puedes leer debajo la Declaración Final completa:
“La trata de personas es … una llaga en el cuerpo de Cristo, y por ello
la Iglesia junto a las personas de buena voluntad gritamos ¡basta! Unamos esfuerzos
para socorrer a las víctimas.”
PAPA FRANCISCO
Los días
6, 7 y 8 de julio del 2017, 45 participantes: religiosas, religiosos,
sacerdotes y una laica comprometida provenientes de Tacna, Puno, La Libertad, Madre
de Dios, Huánuco, Lambayeque, Piura, Ancash, San Martín, Ayacucho y Lima nos
reunimos en la casa de Retiro del Colegio de Jesús en Pueblo Libre para
celebrar el V Encuentro Nacional de la Red Kawsay – “Vida consagrada por una
sociedad sin trata de personas”.
Aún
conmovidas/os por los hechos recientes de explotación
laboral visibilizados en la tragedia del Edificio Nicollini, como Red Kawsay
nos unimos en oración y expresamos nuestro pesar y condena frente a este suceso y todas las modalidades
de trata de personas. Nos indigna la
naturalización de estas prácticas tan arraigadas en la sociedad y exigimos
un debido proceso por las víctimas y por sus familias que claman justicia.
Partiendo
del Evangelio de la Visitación (Lucas 1,39-45) que sirve de icono inspirador
para la Vida Consagrada de América Latina en estos años nos sentimos convocadas/os y desafiadas/os a
incidir en iniciativas más lúcidas y coherentes con nuestro compromiso de lucha
frente a este flagelo: en el reconocimiento, defensa y respeto de la dignidad humana
(y su derecho irrenunciable al trabajo pero en condiciones dignas); en solidaridad
con las víctimas de la trata de personas y el tráfico de migrantes; con
esperanza y fortaleza que nos viene de Dios y que queremos comunicar.
En estos 7 años de camino como Red Kawsay sentimos la
gracia de lo aprendido, de un posicionamiento ante el Estado y la Sociedad
Civil, que nos reconocen como aliados. A su vez que este reconocimiento nos
invita a una mayor profesionalización, enfocando mejor nuestros recursos en la sensibilización
e incidencia, particularmente en la fiscalización de las acciones del estado
como estrategia de prevención.
Como
personas de Fe:
-
Ofrecemos
una mirada y acciones desde el proyecto del Reino para tener relaciones y
encuentros humanizadores que reafirmen nuestro llamado y compromiso a promover
y dignificar la vida.
-
Promovemos
acciones de prevención en los diferentes espacios de misión (parroquia,
colegios, grupos, familias, instituciones y otros).
-
Impulsamos
la justicia que dignifique a la persona afectada por la trata, y al mismo
tiempo rehumanice al tratante y sus entornos.
-
Incidimos
en la creación de espacios de acogida adecuados y especializados para el acompañamiento
a las víctimas.
-
Aportamos
iniciativas a gobiernos locales y regionales sin renunciar a la voz profética que
denuncia la impunidad, inacción e inercia de algunos entes del Estado ligados a
la corrupción.
-
Optamos
por la verdad y el fortalecimiento de una cultura de paz con énfasis en el
respeto de la vida y los derechos fundamentales.
-
Confrontamos
la naturalización de la trata, y la violencia en sus diversas formas.
-
Sensibilizamos
y concientizamos en los espacios diocesanos a Obispos, sacerdotes, religiosos y
religiosas, e instituciones de iglesia sobre la realidad de la trata de
personas.
-
Discerniremos
un acompañamiento cuidadoso ante los diversos actores, causas y efectos de la
trata desde un trabajo coordinado y en red.
Conscientes
de vivir tiempos nuevos y llamadas/os a ser portadoras/es de la presencia de
Dios en la historia, queremos que nuestra solidaridad con las personas
afectadas sea AUDAZ en la esperanza, contagiante y activa, para acontecer el
Reino de Dios al modo de Jesús.
Lima, julio del 2017
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