Monday, July 31, 2017

Campos donde acontece el Reino

Nuestra hermana destacada de este mes es Sor Maricela  Martinez, una religiosa enviada a compartir el gozo y la esperanza, en medio de las luchas y expectativas de las y los migrantes en Michigan. Te invitamos a leer estas líneas,  campos donde acontece el Reino.

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En nuestras constituciones como Hermanas de la Caridad del Verbo Encarnado (CCVI) leemos sobre el legado de nuestro fundador, Mons. Claudio Ma. Dubuis escribió: “Nuestro Señor Jesucristo, sufriendo en una multitud de enfermos y desvalidos de todas clases, espera el alivio de vuestras manos.” Const. CCVI No. II. Motivada por el evangelio de Cristo, por ésta carta fundacional, y por el llamado del Papa Francisco a ser discípulo(a) misionero(a), deseo compartirles mi experiencia de encuentro,  diálogo y crecimiento con personas extraordinarias.

Durante el verano del 2014 tuve contacto con las familias migrantes en territorio de la Diócesis de Grand Rapids, MI.  Este primer encuentro con las familias me brindó la oportunidad de mantener actitud de aprendizaje, identificar un  proceso de acompañamiento  y colaborar en la tarea evangelizadora.

Actualmente el trabajo misionero se desarrolla de manera conjunta con las Parroquias de St. Francis de Sales en Holland, la Parroquia de St. Patrick-St. Anthony en Grand Haven y St. Mary´s en Muskegon. En aquel entonces y ahora, se da la oportunidad de visitar  a las familias migrantes en los campos aledaños a Holland, Grand Haven y Muskegon. La familias  que se encuentran en estos espacios son originarias de México, Guatemala y el Salvador.

Encuentro fundamental dedicar tiempo  a las familias para escuchar sus historias con sus esperanzas y temores. Mi tarea es conectarlos con diferentes instituciones de atención al inmigrante. Cada conversación me brinda mayor entendimiento sobre los desafíos que enfrentan en sus largas jornadas para cruzar la frontera entre México y los Estados Unidos e integrarse  al ambiente laboral en los campos. Recuerdo por ejemplo, un matrimonio de origen Oaxaqueño que inició recogiendo cosechas en los campos de California, hoy en día movilizan a un grupo de trecientos miembros que peregrinan por cuatro estados dentro de una Unión Americana. Y es que una de las principales actividades de los migrantes  es recoger diversas cosechas. De hecho, Michigan  es considerado como el cuarto y último estado en el que trabajan levantando cosechas.

El estar en contacto con las familias migrantes implicó un proceso de acompañamiento. Escuchar a personas extraordinarias me comprometió a seguirlas visitando en los campos, mientras la temporada de cosecha culmina. Al estar en sus casas, ellos externan con confianza  sus problemas, sus necesidades y los buenos deseos para sus hijos(as). La hospitalidad es una característica de las familias migrantes y  disfrutan  compartir sus alimentos como las tortillas, los frijoles y el mole.

Las familias manifiestan su gratitud por la presencia misionera del sacerdote, la religiosa y los laicos comprometidos. Agradecen que salgamos al encuentro visitando los campos, escuchando a la familia, atendiendo sus necesidades básicas y el compartir el pan. Las familias migrantes son -para mí- un espacio privilegiado y evangelizador.

Cada verano  se lleva a cabo la temporada migrante  donde participan 23 laicos comprometidos, parroquianos que desean colaborar asistiendo a las familias en los campos. Por ello, a partir de la experiencia de los parroquianos Laicos comprometidos que  visitan los campos y conviven con las familias migrantes he generado cursos de formación integral misionera. El 2016 culminó con gozo una primera generación y en el 2017 será la segunda generación.

Así en este verano del 2017 estamos visitando 25 campos aledaños a Holland, Grand Haven y Muskegon, MI;  todo con el propósito de dar  la bienvenida a las familias migrantes e identificar sus necesidades primordiales. El equipo está integrado por un sacerdote del Instituto de Misiones Extranjeras de Yarumal , una religiosa de las Hermanas de la Caridad del Verbo Encarnado, 23 laicos comprometidos y 4 jóvenes.


Pedimos su oración y rogamos al Verbo Encarnado para que nos mantenga en la alegría de su evangelio para salir al encuentro de nuestros hermanos y hermanas migrantes en la periferia. Porque es ahí donde creemos y deseamos servir a nuestro Señor Jesucristo que sufre en una multitud de enfermos y desvalidos de todas clases.


Escribe: Maricela Martinez



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