En septiembre del 2005, Peter Urban, de 90 años, Sacerdote Diocesano, perteneciente a la Diócesis de Denver-Colorado, abrazó el Proyecto de Centro Mujeres Tonantzin y se convirtió en un amigo y benefactor de las obras del Proyecto. El padre Pedro, como le llamamos, al ver las necesidades y dificultades que niñas, niños y jóvenes tenían para poder culminar o seguir con sus estudios, decidió apoyarlos económicamente.
Así la generosidad del padre Pedro empezó a cubrir los gastos de los estudios académicos de las niñas, niños y jóvenes de las cuatro sedes del Centro, porque una de las convicciones de Peter Urban, es que es la niñez y la juventud son quienes pueden cambiar la realidad de esta frontera en Ciudad Juárez.
Todos los beneficiarios, que incluyen las familias y los estudiantes, adquirieren el compromiso de responder pro-activamente en sus familias, en sus centros de estudios y su comunidad local. Por ejemplo, los estudiantes deben obtener un promedio de aprovechamiento escolar de 8 como calificación mínima, ofrecer un servicio al Centro comunitario Mujeres Tonantzin, participar en la formación permanente como grupo de jóvenes y mantener comunicación con los distintos benefactores de este proyecto.
Actualmente se continúa este proyecto gracias al apoyo de la Fundación Miguel Pro en Denver Colorado, fundada por el Padre Pedro y tantas otras familias. Así también, niñas, niños y jóvenes tienen formación humano-espiritual cada ocho días. Se continúan con el servicio a la comunidad a través de talleres de psicología, manualidades, guitarra y pintura.
Como Hermanas de la Caridad del Verbo Encarnado estamos muy agradecidas con todas las familias que colaboran desde diversas formas y lugares para que más niñas, niños y jóvenes puedan tener la posibilidad de estudiar, transformar sus comunidades y cumplir sus sueños.
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