PROCLAMA DEL PRESIDENTE DE LOS ESTADOS UNIDOS DE
AMÉRICA
Más de un siglo y medio después de que el presidente Abraham Lincoln
emitiera la Proclama de Emancipación, millones de personas permanecen en
cautiverio: niños obligados a participar en conflictos armados o vendidos a
burdeles por sus familias indigentes; hombres y mujeres que trabajan arduamente
por poca o ninguna paga, y que son amenazados y golpeados si intentan escapar.
La esclavitud desgarra el tejido social, incita a la violencia y al crimen
organizado y degrada nuestra común humanidad. Durante el Mes nacional de la
prevención de la esclavitud y la trata de personas, renovamos nuestro
compromiso para poner fin a esta lacra en todas sus formas.
Debido a que la esclavitud moderna es una tragedia global, combatirla
exige de la acción internacional. Estados Unidos saca a la luz los rincones
oscuros donde persiste, imponiendo sanciones sobre algunos de los peores
abusadores, incentivando a los países a cumplir con sus responsabilidades y
colaborando con organizaciones que ayudan a las víctimas a escapar de las
garras de sus abusadores. Trabajamos con otros países que aumentan sus propios
esfuerzos, y somos testigos de que más países aprueban leyes contra la trata de
personas y mejoran la aplicación de éstas.
En nuestro país predicamos con el ejemplo. Mi administración está
tomando medidas enérgicas contra los traficantes, presentando acusaciones
contra una cifra récord de perpetradores. Hemos desplegado nuevas tecnologías
en la lucha contra la trata de personas al desarrollar el primer plan de acción
estratégico del Gobierno Federal para fortalecer los servicios para las
víctimas y fortalecer las protecciones contra la trata de seres humanos en
contratos federales. Durante el pasado año, la Casa Blanca ha auspiciado
encuentros sobre la lucha contra la trata de personas en los que se han reunido
líderes de todos los sectores de la sociedad. Juntos se nos han ocurrido nuevas
ideas para combatir la trata de personas a nivel nacional y de base.
Al dedicarnos a desmantelar las redes de la trata y ayudar a los supervivientes
a rehacer sus vidas, también debemos abordar los problemas subyacentes que
empujan a muchos al cautiverio. Debemos desarrollar economías que creen empleos
legítimos, debemos crear una sensación global de justicia que diga que ningún
niño jamás debe ser explotado y debemos capacitar a nuestras hijas e hijos con
las mismas oportunidades para que hagan realidad sus sueños. Este mes, hago un
llamamiento a cada país, cada comunidad y cada individuo a que luchen
dondequiera que exista la trata humana. Declaremos en unísono que la esclavitud
no tiene cabida en nuestro mundo y restablezcamos finalmente a todas las
personas los derechos más básicos de la libertad, la dignidad y la justicia.
AHORA, POR TANTO, YO, BARACK OBAMA, presidente de los Estados Unidos de
América, en virtud de la autoridad de que me invisten la Constitución y las
leyes de Estados Unidos, proclamo por la presente el mes de enero de 2016 Mes
nacional de la prevención de la esclavitud y la trata de personas, que
culminará en la celebración anual del Día Nacional de la Libertad el 1 de
febrero. Insto a todas las empresas, organizaciones nacionales y comunitarias,
grupos religiosos, familias y a todos los estadounidenses a que reconozcan el
papel vital que pueden desempeñar en la erradicación de todas las formas de
esclavitud y a que observen este mes con programas y actividades adecuados.
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