Actualmente el mundo y la sociedad mexicana está sobreviviendo a la enfermedad, a la muerte de seres queridos, al desempleo, al desabasto de medicamentos y hospitales, y aún sin fin de otras pérdidas que trajo consigo la COVID - 19. Todo se paralizó. Nos enclaustramos; nos protegimos unos de otros; nos indivualizamos con el único fin de sobrevivir. Así llegamos al año 2021, año trascendente para la vida política de México. Y es que las próximas elecciones hablará de la aprobación o no del gobierno actual, de la credibilidad que la ciudadanía le confiesa y sostiene al actual presidente Andrés Manuel López Obrador y al partido político que lo llevó al poder en las pasadas elecciones. Es importante mencionar que de los 56,611,027 personas que votaron en las elecciones federales en el año 2018, 53.19% lo hicieron por el presidente Obrador, su proyecto de Regeneración Nacional y la implementación de los principios de: no robar, no mentir, no traicionar, poner un alto a la corrupción y el “Sí” a la rendición de cuentas.
Mucho se ha criticado al gobierno actual. Muchas de esas críticas no las escuché en sexenios pasados. Por ejemplo, ¿cuánto se habló sobre la privatización de los bienes nacionales que se vendieron como pan caliente?, ¿por qué la desaparición de 43 estudiantes de la normal de Ayotzinapan fue un hecho cotidiano?, ¿dónde estuvieron esas voces cuando miles de recursos públicos fueron ocupados para satisfacer necesidades personales como un avión o una Casa Blanca? Lo cierto es que a consecuencia del mal uso de los recursos públicos muchos seres humanos han padecido un calvario para tener una atención médica de calidad ya sea en los hospitales del Instituto Mexicano del Seguro Social o en el Instituto de Seguridad y Social de los Trabajadores al Servicio del Estado. Como se sabe, la precariedad de los hospitales se observó en no contar con los suministros necesarios para que los enfermos de COVID o de otros padecimientos recobren la salud. De hecho, estas dos instituciones de salud ocupan el primer y el segundo lugar de quejas por motivo de violación a los Derechos Humanos.
Pareciera una película donde la realidad supera la ficción. Esto lo afirmamos cada día al mirar el noticiero, leer el periódico e incluso al abrir las redes sociales con los primeros encabezados que hablan sobre la suma de muertes con la COVID - 19, la alta demanda de hospitalizaciones, la compra de insumos médicos para los que sobrevivimos y quedamos con secuelas, de la eficacia de la vacuna y ahora también las campañas electorales que no pudieron esperar. Para muchos, esta campaña electoral será un buen motivo para que se cambien rápidamente los semáforos. El 6 de junio los electores podrán salir libremente sin miedo al contagio a cumplir con su obligación ciudadana.
Todo se detendrá menos el buen fin, las elecciones ¿Qué película de ficción estamos viviendo? ¿Qué es lo más importante para el gobierno la vida humana o los intereses políticos o del consumismo? ¿Por qué sólo algunos pudieron detenerse o enclaustrarse? ¿Por qué son más las personas quienes han perdido familiares o trabajo? Mis interrogantes continuan ¿por qué el sistema no puede perder? ¿por qué este sistema no puede esperar? Esta historia continuará…
[2] https://www.ine.mx/voto-y-elecciones/elecciones-2021/ 1 de abril del año dos mil veinte
[3] Georgina Saldierna, El proceso electoral 2020-2021, el más grande y complejo de la historia: INE. Periódico La Jornada. Domingo 5 de enero de 2020
[4] https://www.forbes.com.mx/computo-final-amlo-se-lleva-30-11-millones-de-votos-53-19/ visto el tres de abril del año dos mil veinte.
[5] Perea Carreón Manuel Jorge, Derechos humanos en México: ¿la reforma cambió el paradigma? Revista Nexos MAYO 10, 2021