UN AMOR APASIONADO
Miriam Bannon CCVI
Por el año 1969 cuando la hermana María Luisa era juniora y trabajaba como maestra en el Instituto Miguel Angel, la hermana Lourdes Nava la invitó a un curso (sobre la sobre la teología de la liberación) en el ITES. Este curso le abrió horizontes. Si antes le ardía el corazón con los cambios del Vaticano II, en el modo de vivir y actuar en la Iglesia, más le ardía el corazón de esperanza de justicia social. Más tarde en 1985 la congregación le brindó a María Luisa otra oportunidad de tomar un curso de cinco meses en Brasil sobre misionología. Ahí tuvo el gusto de conocer a 40 personas de diferentes países que coincidieron todos en un mismo anhelo: ser una iglesia abierta y comprometida. Juan Luis Segundo, Pablo Richards, Gustavo Gutiérrez, Salvador Beocio, y otros fueron sus maestros y ellos les hablaron del papel del laico, religiosos y religiosas insertadas en las periferias.
ENCUENTRO CON PALABRA DE DIOS EN COMUNIDADES PERIFERICAS
Estos cursos junto con unos talleres en MACC en San Antonio, le llevó a nuestra hermana Maria Luisa, al terminar su periodo en el liderazgo congregacional, de 1984 a 1990, a tomar un año sabático en Sur América con el motivo de conocer experiencias de CEB’s en las periferias. Para ello, la Hna. María Luisa se puso en contacto con congregaciones en Chile, Brasil, Perú, Bolivia, Ecuador, Colombia, Nicaragua, El Salvador, Honduras y Guatemala. A donde llegaba procuraba quedarse con comunidades en poblaciones periféricas. En estas comunidades conoció las CEB’s en donde hablaban de la vida. Hablaban de un Dios cercano, viviendo entre ellos, luchando por la justicia. Compartian sobre lo que costaba ganar el dinero para vivir cada día. La Hna. María Luisa se quedó cada vez más convencida de que eso era ser iglesia. Cuenta que, en Chile, por ejemplo, conoció a un sacerdote llamado Mariano Puga. El P. Mariano optó por vivir pobre y en la periferia. Aunque era arquitecto antes de ser sacerdote, trabajaba ocho horas diarias como pintor de paredes y en la tarde, terminando su trabajo, celebraba misa con toda la gente del barrio. Después de misa y la convivencia, al terminar el día, entre 10.00 y 11.00 p.m. oraba junto con su pequeña comunidad. Cuando la Hna. María Luisa llegó, el P. Mariano se fue a dormir en una litera para dar a María Luisa su cuartito pequeño que tenía solamente una cama, una silla y una maleta parada.
Terminando el año sabático, María Luisa regresó a México completamente convencida de que la única forma de hacer un cambio es a través de la Palabra de Dios en un vecindario periférico.
COMUNIDADES ECLESIALES DE BASE EN LA PARROQUIA DE LA ASUNCIÓN, SANTA FE
Parroquia Asunción 1991. Hnas. María Luisa, Miriam y Emilia. |
Lo mismo que ella había vivido en el estudio de la Biblia, prendió el corazón en el grupo y con el tiempo llevó a las(os) participantes a formar dos grupos de CEBs. Estas comunidades, al orar y ver la realidad a la luz de la Palabra de Dios, llegaron a la conclusión de que era importante hacer algo por la comunidad. En aquel entonces en Santa Fe había mucha basura en las calles. Empezaron un primer proyecto en torno a la basura, tomando la decisión de separar la basura, pero después de unos meses les rebasó porque era demasiada basura y dejaron de separarla.
La segunda iniciativa de las comunidades de base fue en torno a la comida. A través de la Hna. María Teresa Valdez, conocieron a los dueños de Verde Valle (una compañía que vende semillas). Hablaron con los dueños y lograron comprar las semillas con un 25% de descuento. Las comunidades abrieron una tienda de venta de productos básicos - frijol, arroz, lenteja etc. Del 25% de descuento las comunidades solo tomaron el 5% para pagar el transporte y algo para la persona vendía. Eso hacía que la gente pudiera comprar con un descuento del 20% menos del costo. Les fue muy bien en la venta al principio porque los productos eran de calidad. Pero luego a los cinco meses la Bodega de Aurrera abrió su tienda y empezaron a vender productos más baratos, pero no de la misma calidad. Tristes, las CEB’s se dieron cuenta que ya no les convenía vender porque la gente compraba en la otra bodega.
Las comunidades volvieron a pensar qué podrían hacer. Entre ellas surgió la idea de una guardería, porque vieron que era una necesidad muy grande. La Hna. María Luisa recuerda historias de mamás que, por tener que irse a trabajar, apagaban el gas y la luz y dejaba a sus niños encerrados. Otras veces dejaban a los niños con las abuelitas, pero cuando los niños crecían y empezaban a correr, las abuelitas no podían alcanzarlos. Como la parroquia estaba sectorizada, las CEB’s decidieron lanzar una encuesta en cada una de las nueve zonas para ver qué opinaba la gente acerca del cuidado de los niños mientras las mamás trabajaban. Resultó unánime. Todas las familias encuestadas opinaron que una guardería era necesario.
Al constatar qué sí era una necesidad, la Hna. María Luisa sondeó entre los integrantes de CEB’s quienes querían trabajar en una guardería y los animó a prepararse. Unas 15 personas dijeron que sí y optaron por tomar un curso de seis meses en educación popular en puericultura y en educación a nivel prescolar. Terminando el curso, la Hna. María Luisa les insistió mucho, haciendo hincapié que era muy importante seguir estudiando porque la guardería se tenía que incorporar a la SEP. Además, la Hna. María Luisa se comprometió a acompañarles en la búsqueda de donativos para poder seguir estudiando.
La fuente de motivación de ellos siempre fue la Palabra de Dios, ahora encarnada en sus corazones, manos y pies. Mientras se preparaban, buscaban una casa en renta para empezar la guardería. Gracias a Dios, tuvieron suerte de encontrar una casa amplia en la calle de Paso Ancho, #149, en Colonia Ampliación La Mexicana y ahí empezaron la guardería, bajo la dirección de la Sra. Lourdes Cruz, el 1 de Oct 1995. Le dieron el nombre de Estancia Infantil Vasco de Quiroga en honor del fundador del Pueblo Hospital Santa Fe.
Permanecieron varios años en la casa en Paso Ancho durante los cuales empezaron las comunidades a pensar en establecerse como una institución de asistencia privada para que la guardería se quedara para Santa Fe y que nadie pudiera quedarse con ella. La Hna. María Luisa habiendo consultado con las comunidades integró un patronato.
· Presidente, ella misma, Hna. María Luisa
Ocho años después, a mediados del 2003, cuando todo estaba arreglado, la guardería se trasladó a Ramón Lopez Velarde #7, contando con 15 personas preparadas. La Hna. María Luisa les seguía recordando que su trabajo iba más allá de cuidar a niñas y niños, sino también continuar su desarrollo profesional.
SALTOS DE ALEGRÍA Y RETOS POR EL CAMINO
Contó María Luisa de muchos retos y saltos de alegría por el camino.
Saltos de Alegría…
La Palabra de Dios en las CEB’s que llevó a los participantes a comprometerse en un servicio fuerte y de largo plazo en la comunidad .
Personas entregadas a una atención de calidad a bebés, niñez y también a los papás y mamás.
El apoyo del patronato especialmente de la Sra. Aurora Alcantara que personalmente asistía a la guardería con mucha frecuencia. Ella además de orientar a las maestras a rediseñar los espacios en los salones, apoyaba en los tiempos de comida diaria durante varios años. La Sra. Vivian Kohler, como vocal, se preocupó por las finanzas de la guardería enviando a su hija y a un señor de su confianza para revisar que las finanzas estuvieran bien. La Sra. María Vélez aportó económicamente para las necesidades que había y sigue aportando hasta el día de hoy. La Srita. Patricia Mañon aportó con su experiencia pedagógica, trabajando con las maestras. Muchas otras personas e instituciones también han aportado tiempo y recursos – Monte de Piedad, nuestra congregación: las Hermanas de la Caridad del Verbo Encarnado, la Fundación Hilton y otras más.
La Palabra de Dios en las CEB’s que llevó a los participantes a comprometerse en un servicio fuerte y de largo plazo en la comunidad .
Por largos años, el personal no quería seguir preparándose: Solo una persona, Lucy Sánchez siguió estudiando, llegando a titularse como maestra.
SEGUNDA PARTE: “Soy maestra de profesión y de hueso colorado,” dice Francisca.
Llegué a conocer a la hermana María Luisa porque la guardería, en un principio, estaba en mi calle (Paso Ancho), prácticamente enfrente de mi casa. Al jubilarme de ser maestra, María Luisa me pidió ayudarle en los trámites para incorporar la guardería a la SEP (Secretaría de Educación Pública). Respondí con gusto porque creí en el proyecto de la guardería y además quería echarle la mano a la hermana María Luisa. De ahí, en el 2002 inicié como maestra. Un año después me invitaron a ser directora. Al asumir esta responsabilidad, me dediqué primero a mejorar unos aspectos prácticos, por ejemplo, la calidad de comida para los niños y la limpieza. De hecho, cada año me propongo una meta y me da mucha satisfacción al cumplirla. En una ocasión, al darme cuenta de que había bajado la motivación, mi meta fue sembrar una mejor visión y un compromiso de parte de las maestras a seguir estudiando e ir superándose. Fue un caminar cuesta arriba. Muchas salieron porque no querían seguir estudiando. Gracias a Dios, actualmente todas las maestras están tituladas. Junto con la directora, la Sra. Rosario Márquez Silva y el plantel de maestras, promovemos el desarrollo psicomotriz. Enfatizamos la preparación adecuada de los niños y niñas para iniciar primaria y familiarizamos a los niños con la computadora. Trabajamos unidas. Hay sentido de equipo y de responsabilidad. Trabajamos con creatividad y con buena disposición.
Me dio gusto además recibir del 2008 al 2012, a unas seis misioneras laicas del Verbo Encarnado quienes prestaron servicio por uno o dos años en la guardería. Asistieron a las maestras en las actividades educativas con los niños. Enseñaron inglés y convivieron tanto con las maestras como con los niños. Me impresionó ver cómo iban sensibilizándose a la situación social y económica de los niños.
Un aspecto fuerte de mi trabajo como directora fue la administración. Gracias a Dios, conforme iba creciendo la guardería, en el 2015 se decidió separar las dos funciones y yo me quedé como administradora.
Lo clave para mi es animar a la corresponsabilidad, vincular a papás y mamás con el proceso educativo. Los invitamos a participar en actividades en la guardería y sí responden. Es una gran alegría encontrarme con ellos. De hecho uno de los papás que estuvo en la guardería hace 20 años, ahora tiene a su hijo con nosotros, en 3ero de prescolar. Actualmente tenemos 50 niños en grados:
· Maternal 1, de 1 ½ años a 2 años con 5 meses
Actualmente nuestro horario de atención es de 8.00am – 3.00pm. A futuro nos gustaría ampliar el horario porque muchos papás y mamás salen de trabajar a las 7.00pm. Junto con esto, nos gustaría retomar el servicio del cuidado a lactantes. Es un reto muy grande porque implicaría doble turno. Otro reto es la administración en sí. Hay que subir el estado de cuentas e informes a las plataformas tanto del IAP como del SAT. Nuestras colegiaturas son bajas porque nuestra razón de ser es servir a familias de bajos recursos pero nuestros recursos económicos son pocos. Aunque recibamos ayuda de familiares y amigas de la hermana María Luisa, sigue siendo un reto estar al día en los pagos y no tener adeudos. Nuestra meta actual es llegar a tener 100 niños. Así podríamos salir con los gastos sin tener que depender de donativos para el funcionamiento diario de la guardería.
Empecé en la guardería en agosto de 2021. Fue un año muy difícil. Estábamos saliendo del Covid. Tuvimos que aprender a dar clases en línea y desde nuestras casas. Tristemente en aquel entonces mi esposo murió de Covid y yo estuve hospitalizada y por catorce días, intubada. Ahora post Covid, hay un panorama nuevo. El número de niños y niñas que vienen a la guardería va en aumento; la gente habla muy bien de nuestros servicios. Somos ocho maestras ya. La enseñanza por medio de proyectos nos está funcionando bien. Hemos tomados cursos de capacitación en escuelas activas más que metódicas. Nuestros niños y niñas aprenden a explorar e investigar. Es un auto aprendizaje. Además de la educación, procuramos cuidar el valor nutricional y hemos logrado retomar el comedor. Tenemos esperanza que mas personas seguirán encontrando en nuestra institución un espacio seguro y de crecimiento.
Termino agradecida por las historias sagradas que se me ha compartido. Sin duda alguna, este es un relato de fe, esperanza y acción, donde el Evangelio ilumina el camino hacia un futuro lleno de oportunidades.
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