Thursday, June 29, 2017

El Puente - California, MO

Mi nombre es Sister Guadalupe Ruiz CCVI, vivo en California, Missouri, un pequeño poblado de 4,268 habitantes. Mi ministerio lo realizo tanto en la Parroquia de la Anunciación de California, como con El Puente que es una organización de la Congregación que se localiza en la Capital del Estado en Jefferson City, MO. 
Inicié mi ministerio, ya que no es un trabajo, pues la Misión es lo que me mueve a realizarlo, desde Octubre de 2010, tengo por tanto siete años.  Estoy al servicio de la Comunidad Hispana, que en su mayoría son de México de los Estados de Michoacán y Guanajuato, provienen de pequeños ranchos, unas cuantas familias son de Centro América, migraron hacia los Estados Unidos en busca de trabajo y mejores oportunidades para sus familias.
La necesidad más grande que presentan se debe a la falta del idioma de parte de la generación de los mayores y mi ayuda  es en interpretar cuando los lleve a citas médicas, hospitales, licenciados, a la corte u oficinas de migración.
En la parroquia, lo más urgente es preparar líderes, para que la comunidad crezca y poco a poco sea autosuficiente, es un proceso lento y largo, pues la falta de preparación académica en la mayoría del pueblo es muy escasa, sin embargo la fe, heredada de sus mayores,  es el gran valor que trajeron con ellos.

El gran reto que tiene California, es para la nueva generación, pues al haber nacido ya en este país, y asistido a la escuela desde Kinder, hace que dominen el Inglés, aunque desgraciadamente el español no lo hablan de la misma manera, ya que las niñas, niños, jóvenes, hablan entre ellos la mayoría de las veces en Inglés. Son la generación que les llamamos los “ninis” porque no son “ni de aquí, ni de allá”, es decir no tienen las raíces profundas que sus padres trajeron, pero al mismo tiempo no son anglos. El desafío grande es que encuentren su identidad como hispanos nacidos en Estados Unidos.
El convivir diariamente con estas personas sencillas, me ayuda a recordar las palabras de Jesús, “… lo que hiciste por uno de estos pequeños, por Mí lo hiciste…” 
Entre las experiencias más fuertes vividas en estos años, ha sido el acompañar a algunas personas en sus procesos legales, estando con ellos en juicios, aún visitándolos en la cárcel. Verlos privados de su libertad y con una próxima deportación, es verdaderamente doloroso, y al mismo tiempo aprender que por errores cometidos, tienen sentencias que los separarán de sus familias, casi de por vida. La juez que he tenido oportunidad de conocer, es una persona muy humana, cercana, pero tiene que llevar a cabo su cometido de justicia, sin embargo, ver que respeta la dignidad de las personas, me hace vivir la Misión de la Congregación.
En estos momentos de incertidumbre por las nuevas leyes, los hispanos me dan ejemplo de esperanza y fe en Dios, ya que su confianza en la Providencia que no los abandonará es muy grande, una señora me comento: ‘si Dios quiere que me quede, me quedaré, y si su voluntad es que me manden a México, me iré, pero será lo que Dios quiera’.

Doy gracias a Sister Marinela Flores que me invitó a que viniera a este pueblo  pequeñito a servir a nuestros hermanos y hermanas migrantes, es una oportunidad, un gran reto y una forma muy sencilla de hacer presente el Amor Salvador y Misericordioso del Verbo Encarnado.



Escribe: Sister Guadalupe Ruiz CCVI

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