Mauricio
López, Secretario Ejecutivo de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), escribe esta poderosa oración en medio del
caminar del ya próximo Sínodo Panamázonico.
Aquí la Oración impresa:
https://bit.ly/2wIl3hq
Les invitamos a compartir esta oración en sus espacios de encuentro.
Dame Dios de la vida y de la belleza
Aquí la Oración impresa:
https://bit.ly/2wIl3hq
Les invitamos a compartir esta oración en sus espacios de encuentro.
Dame Dios de la vida y de la belleza
la constancia de esa
lluvia ligera que cae
apenas perceptible a nuestros ojos;
apenas perceptible a nuestros ojos;
lluvia que fecunda de
vida todo lo que toca;
lluvia que acaricia lo creado con su presencia suave y
serena,
y que produce progresivamente los pequeños hilos de agua viva,
que poco
a poco, unidos a muchos más, verán nacer los ríos;
ríos que al converger darán
vida tumultuosa al gran Amazonas
que es fuente de vida en abundancia para todos
y todas.
Que seamos capaces de amar Tu rostro misterioso en este río mar.
Toca Señor de la creación maravillosa
todo mi ser y dame
entrañas de comprensión del tejido fino de la vida,
desde lo más pequeño y
simple,
y hasta tu magnífico cosmos en el que has colocado al ser humano,
con
su alma y capacidad de crear y recrear,
en un sitio privilegiado para ser
colaborador contigo en comunión de esperanza y de vida.
Enséñame con humildad, y desde mi pequeñez, el oficio de
ser co-creador contigo,
que sepa abrazar los delicados trazos de tu creación
para comprender poco a poco la asombrosa conexión de todas y cada una de las
cosas creadas sobre la faz de la tierra.
Que mi latido sepa unirse al latido de
la vida que brota
y que suena y resuena sin parar en cada partícula que te
revela
y expresa tu misterio de amor donado en totalidad.
Y con los pueblos, Oh Señor de la encarnación hecho
tierra,
Señor de la entrega hasta la muerte trágica
por la injusticia del ayer y del hoy,
por la injusticia del ayer y del hoy,
y sobre todo Señor de la certeza de la nueva vida
y de la incontenible resurrección,
y de la incontenible resurrección,
que sepa reconocerte ahí en tu verdad inconfundible
en la hermosa diversidad de cada cultura en esta Amazonía.
Que sepa discernir
la verdad de tu llamado en la voz
y en la vida de los pueblos,
y en la vida de los pueblos,
en su convicción
por ser y por vivir,
en su relación armónica con la tierra,
con los otros, y con la fuerza divina.
con los otros, y con la fuerza divina.
Que sea capaz de vivir una amistad honesta con ellos,
que
aprenda de su resistencia incansable,
y de su serena actitud de cuidado.
y de su serena actitud de cuidado.
Purifícame de mis excesos y mi ceguera
que tantas veces te ensombrecen y
silencian.
Te pido simplemente hacerme hermano de verdad
en el
caminar de pueblos y comunidades,
desde su riqueza identitaria,
compartiendo
mis dones y mis tantas falencias,
para asumir un destino compartido
en este
territorio Amazónico tan amenazado
por intereses superfluos y pasajeros.
por intereses superfluos y pasajeros.
Que
pueda indignarme para gritar y actuar
ante la muerte cotidiana de este
territorio
y de muchos de tus hijos e hijas que aquí viven,
y sobre todo que
pueda reconocerte siempre resucitado
también en la esperanza y alegría de sus
vidas,
en la sabiduría milenaria de sus espiritualidades
que se fecundan con la mía.
que se fecundan con la mía.
Y, sobre todo Padre y Madre de la vida,
dame la gracia de
sacarme las sandalias
porque esta tierra de la Amazonía,
porque esta tierra de la Amazonía,
y todo lo que expresa
vida
y posibilidad de plenitud comunitaria en ella,
y posibilidad de plenitud comunitaria en ella,
es tierra sagrada donde
Dios habita,
y desde donde nos habla en el Espíritu Santo
que se hace viento
dador de incesante vida
en el encuentro con los espíritus de la selva.
Autor:
Mauricio López
Publicado en Amerindia (01/06/2019)
Publicado en Amerindia (01/06/2019)
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