La Unicef indicó que 1 de cada diez menores de edad en el
mundo es víctima de trabajo infantil. De los 152 millones de menores de edad en
situación de trabajo infantil, 88 millones son varones y 64 millones son niñas.
Estos niños y niñas se encuentran en todas
partes, pero son invisibles; trabajan como sirvientes domésticos en casas,
están ocultos tras las paredes de talleres o se encuentran fuera de la vista
del público en plantaciones. La gran mayoría de los niños y niñas que trabajan, el 71%, lo hacen en el sector agrícola.
Millones de niñas
trabajan como sirvientas domésticas y asistentas sin salario en el hogar y
son especialmente vulnerables a la explotación y el maltrato. Millones de otros
niños y niñas trabajan bajo circunstancias terribles. Pueden ser víctimas de la
trata (1,2 millones), víctimas de la servidumbre por deuda u otras formas de
esclavitud (5,7 millones), víctimas de explotación sexual y/o la pornografía
(1,8 millones) o reclutados como niños soldados en los conflictos armados
(300.000).
Frente a este flajelo, Silvia Miranda –Asociada Laica CCVI y
Aliada JPIC- en Chimbote (Perú) en
colaboración con otras promotoras organizaron una Oración en el Día Mundial
contra el trabajo infantil.
‘Hicimos este gesto porque los niños deben aprender que
nadie puede utilizarlos, menos estar realizando labores forzadas. Deben
ocuparse de sus sueños como niños y niñas’ comparte Silvia.
Cabe mencionar que la Organización
Internacional del Trabajo destaca que aunque más de la mitad del trabajo infantil
peligroso se concentra entre los 15 y 17 años, también hay 19 millones de menores de entre 5 y 11 años que realizan
este tipo de tareas que ponen en riesgo su salud o integridad.
Agradecemos estas iniciativas que nos movilizan a todas-os
ser una Iglesia en salida, que busca a los olvidados y donde, desde lo más
pequeño, surge la confianza de que es posible un mundo mejor y más digno.
Recurso de oración:
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