Uno de los muchos nombres como es conocido Jesús, el
Verbo Encarnado, fue como el
"Príncipe de la Paz" (Ef. 2,14 y Is, 9, 6). En este tiempo, mientras
nos preparamos para recibir al Príncipe de Paz en el mundo de nuevo, tomamos
unos minutos para reflexionar sobre este concepto de paz en nuestras propias
vidas, nuestras comunidades y nuestro mundo.
Jesús vino para traer la
paz al mundo. El primer mensaje de Cristo resucitado a sus discípulos fue:
"La paz esté con ustedes"
(Lc 24, 36). Durante nuestra celebración Eucarística, intercambiamos el saludo
de la paz diciendo: "La paz de Cristo está contigo". ¿Qué es, pues,
esta paz de Cristo? La paz que Cristo reveló en las Escrituras no es sólo
acerca de la ausencia de guerra, sino más bien expresa la plenitud de la vida.
Piensa en las palabras
del profeta Isaías que Jesús dijo y vivió: "El Espíritu del Señor está
sobre mí, porque me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres. Me ha
enviado para proclamar la libertad a los presos y devolver la vista a los ciegos,
para liberar a los oprimidos y proclamar el año del favor del Señor "(Lc
4,17-21). Esta es la paz a la que estamos llamadas(os) a realizar como
co-creadoras(es) con el Espíritu de Dios.
"Para estar en paz, la humanidad debe estar
en relación correcta entre sí y con Dios". La obra de paz, justicia y
cuidado de la creación busca traer sanación e integridad a estas relaciones
rotas entre nosotros, el planeta y Dios. Podemos ver cómo todas las áreas están
entrelazadas, y cómo no seremos capaces de alcanzar la paz de Dios, sin primero
lograr la justicia en nuestro mundo.
Estamos inundadas(os) de
noticias e historias de violencia e injusticia. Esta violencia puede tomar
muchas formas ya sea física, mental, emocional o espiritual. Todo lo que niega
la dignidad e igual valor de toda la creación de Dios es una forma de
violencia.
Una de las formas más
descaradas de violencia física y psicológica es la guerra perpetua y el
exorbitante gasto militar. Cómo ser ajenas(os) al dolor y últimos mensajes de
la gente en Alepo que experimenta enfrentamientos violentos y bombardeos. Como
ellas y ellos, tantas partes en el mundo.
Estados Unidos ha estado
en la guerra el 93% del tiempo - 222 años de 239 años - desde 1776. De hecho, el
54% del presupuesto discrecional federal en 2016 fue hacia fines militares y de
defensa. Por lo que la violencia armada continúa afectando a nuestros pueblos,
con más de 13,000 muertes y más de 26,000 heridos por armas de fuego según
informes del 2015.
En México tras 10 años
de iniciado la ‘guerra contra el narco’ (2006), que si bien se ha detenido a
los principales capos mexicanos del narcotráfico, sus capturas o abatimiento por parte de las fuerzas federales no se ha
traducido en una disminución de la violencia en el país ni en un debilitamiento
de los cárteles de la droga.
Actualmente suman 172 mil 876 homicidios dolosos en 2007-2016, según la
estadística del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), y 28 mil 937
personas se encuentran en condición de desaparecidas, según el Registro
Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas.
Si bien el guerra
interna en Perú culminó en el 2000, los remanentes terroristas y el narcotráfico que operan en
el valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM) se han convertido en una
prioridad para el Estado por lo que se viene fortaleciendo la institucionalidad
de las Fuerzas Armadas. Y es que mientras en algunos países han reducido el
gasto en defensa, en Perú el monto se ha elevado en S/1.771 millones,
entre el 2012 y el 2016.
Así, la víctima de
violencia en Perú tiene rostro de mujer joven. Un último estudio de la
Pontificia Universidad Católica del Perú indica que a nivel nacional de cada 10
mujeres de 18 a 29 años, 7 han sido víctimas de violencia; y en Lima-Callao la
incidencia es de 9 por cada 10. De hecho
en promedio, cada mes se reportan 11 feminicidios y 23 tentativas, las cifras más altas en los últimos siete
años de acuerdo al Ministerio de la Mujer.
Egoísmo, cerrazón,
intolerancia, fundamentalismos… el mundo está herido. La humanidad se ha vuelto
contra sí. Necesitamos pedir perdón por tantas vidas golpeadas. Necesitamos
repensar nuestras relaciones. Necesitamos trabajar por la paz, la vida espera.
¿Qué podemos hacer para ser artesanas(os) de paz? A principios del 2016 representantes de todo el mundo
se reunieron para compartir experiencias de no violencia, la praxis no violenta
de Jesús, cómo ya se está viviendo la no violencia y la paz justa en las
comunidades de fe y cómo avanzar más allá de guerras interminables,
reemplazando la doctrina de la "guerra justa" por la "paz
justa".
La declaración final titulada:
‘Un llamado a la Iglesia Católica para volver a la centralidad del Evangelio la
No Violencia’, incorpora la no violencia explícitamente en la vida y obra de la
Iglesia. Se nos llama a entrenarnos en prácticas y estrategias no violentas,
iniciar una conversación global sobre la no violencia, rechazar la ‘teoría de
la guerra justa’ y a ser una voz profética para desafiar las injusticias
mundiales.
Asímismo el Papa
Francisco nos llama a identificar la ‘No
Violencia como Estilo de Política para la Paz’. Y es que como personas de fe no podemos
mantenernos indiferentes. Necesitamos comprometernos con la Paz de Cristo.
¿Qué pasaría si cada uno
de nosotras(os) nos comprometieramos en apoyar un ambiente de ‘paz justa’
mediante la no violencia activa? ¿Qué tipo de impacto podríamos tener
colectivamente?
‘Jesús, el Verbo
Encarnado, llamó a sus discípulos a amar a sus enemigos (Mt 5, 44), lo cual
incluye respetar la imagen de Dios en todas las personas; para no ofrecer
resistencia violenta a quien hace el mal (Mt 5,39); para convertirse en
pacificadores; para perdonar y arrepentirse; y ser abundantemente
misericordiosos (Mt 5, 7). Ni pasiva ni débil, la no violencia de Jesús fue el
poder del amor en acción’.
Por favor toma tiempo
para orar frente a la imagen del Verbo Encarnado, pídele que te enseñe a amar a
su manera.
Texto biblíco: Mt 5, 38-42
-
¿En qué consiste
devolver bien por mal?
-
¿Cómo desmontas
el discurso del odio?
-
¿Cómo tratas de
comprender al que piensa, siente o es diferente?
-
¿Eres crítico
con quien es violento(a)?
Hemos sido llamadas(os) a promover prácticas y
estrategias no violentas
-
¿Cómo puedes
aprender más sobre estas estrategias e incorporarlas a tu propia vida y
ministerio?
-
¿Cómo se
relaciona la No Violencia y Paz Justa con nuestra espiritualidad reconociendo a
Jesús, el Verbo Encarnado, como el ‘Príncipe de la Paz’?
Culminamos esta reflexión pidiendo al Dios de la Vida
que nos dé manos capaces de trabajar por su paz, esa paz que ha plantado en
nuestras entrañas.
Danos tu paz - Pedro
Casaldáliga
Danos, Señor, aquella Paz extraña
que brota en plena lucha
como una flor de fuego;
que rompe en plena noche
como un canto escondido;
que llega en plena muerte
como el beso esperado.
Danos la Paz de los que andan siempre,
desnudos de ventajas,
vestidos por el viento de una esperanza núbil.
Aquella Paz del pobre
que ya ha vencido el miedo.
Aquella Paz del libre
que se aferra a la vida.
La Paz que se comparte
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