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El 8 de Marzo estaba en una fila con otras
mujeres, unidas mano a mano, en solidaridad y por los derechos de las mujeres. Estábamos vestidas de negro para honrar y
recordar a quienes perdieron sus vidas luchando por la igualdad,
representatividad y justicia. También
representabamos a aquellas que aún no tienen mucha presencia fuera de los roles
tradicionales de las mujeres.
Mientras
caminábamos alrededor del Mercado Modelo hacia la Plaza de Armas de Chimbote,
pensaba, dónde están las demás mujeres de esta ciudad ¿Es distinta la lucha de las mujeres
Afro-Peruanas? ¿Cómo se relaciona mi
propia experiencia como una mujer negra de los Estados Unidos a la de las
mujeres negras de Perú? Tal vez estas
preguntas no tienen una respuesta fácil, y así es como debe ser, porque la
imprecisión nos deja espacio para crecer y mejorar.
En
algunas conversaciones con Chimbotanos escucho mucho: “vivimos en una sociedad
machista.” Este dicho en verdad es una
comportamiento persistente y sútil; por ejemplo hay pocas mujeres manejando,
los hombres no ayudan en la casa excepto en lo económico, y la violencia
domestica – físico y verbal – en su mayor parte queda impune.
El
Machismo, es el orgullo masculino fuerte y agresivo, que está tan incorporado
en la sociedad que muchas veces ni se dan cuenta que es un problema que hay que
corregir. Saber que una mujer no es
igual y es tratada más como objeto que como persona - merece respeto- puede
conducir a la complacencia y cansancio.
El problema mayor es cuando alguien ha crecido en una sociedad así y no
puede imaginar otra manera de vivir. Sin
embargo, ello no significa que todas las mujeres están de acuerdo con el
desequilibrio de poder y se van a quedar quietas. Creo que hay un sentimiento de insatisfacción
respecto a cómo se trata a las mujeres en Chimbote y por todo el mundo que ha
sido evidente en las campañas como “Ni una menos” y diversas ferias de información
que animan a las mujeres luchar para sus derechos y salir de relaciones
abusivas.
“El que no tiene de Igna tiene de Mandigna”. Fuera
del contexto inmediato de Chimbote, los temas de racismo y sexismo tocan fuertemente
a las mujeres de color en Perú y Estados Unidos de manera paralela. Y es que
aún siendo una mujer negra de los EE.UU. -educada en la tierra de la libertad y
el sueño americano- el color de mi piel y mi sexo automáticamente me alejan de
los otros. Por ejemplo cuando una empieza a trabajar, hay muchas posibilidades
que el salario sea menor que el de los hombres y mis rasgos no serían
considerados hermosos, sino más bien algo que pueden usar para burlarse.
Recientemente en
los Estados Unidos, las mujeres de color han avanzado en obtener una mayor
representación en los medios e imágenes visuales. Según un artículo de
Huffington Post, las feministas negras están presionando para ser incorporadas
en la percepción diaria de la belleza más que como exóticas o apropiadas. El
movimiento inicialmente se enfocó en temas reproductivos, igualdad en la
prevención de acoso sexual y otros asuntos pertinentes. Sin embargo, el
escritor, Lindsay Hoffman, explica que "[hoy] el movimiento está
presionando el regreso de las mujeres afroamericanas a los estándares africanos
de belleza, como se ve en el movimiento natural del cabello. En una sociedad
donde sólo se celebra un tipo de belleza, la feminista negra está trabajando
para que no sólo llamemos cabello sedoso y piel clara bonita, sino también pelo
grueso y rizado y piel oscura”. Programas de televisión como
"Scandal" y "Because of Jane"ayuda a retratar mujeres
afroamericanas que son inteligentes, influyentes y graciosas. Se opone al común
de "mujer negra enojada" o al estereotipo "sirviente".
Mejorando así la idea de que la mujer negra puede obtener posiciones de alto
nivel y / o ser educada. Afortunadamente, las feministas negras tienen el
objetivo de incluir voces de todas las minorías y abordar la naturaleza
multifacética de la mujer.
El progreso del
movimiento feminista negro ha alentado a las latinas con ascendencia africana a
unirse creando una propia identidad: Afro-Latinas. Desafortunadamente, los
medios de comunicación a menudo omiten la diversidad cultural tanto dentro de
los Estados Unidos como en América Latina. La cuestión del colorismo, que
privilegia la piel más clara sobre la piel más oscura, específicamente en el
Perú, crea una realidad falsa que luego se intenta hacer realidad a través de
las interacciones individuales y en la legislación gubernamental.
De un artículo de
la CNN comentando las complejidades de los prejuicios en Perú, la pieza explica
que "el país tiene brechas socioeconómicas a lo largo de las líneas
raciales y su discriminación inherente, aunque sutil, puede significar que una
mujer indígena sólo puede trabajar como criada; un hombre negro sólo puede
aspirar a ser un portero del hotel." En otras palabras, las mujeres de
piel clara con el tipo de cuerpo ideal, siguiendo los estándares de belleza
europea, son las que tienen los mejores papeles de entretenimiento, puestos de
trabajo y aceptación social en general. Ignorando a muchas de las que han
contribuido a la historia del país.
Como extranjera,
no quería forzar mis experiencias y comprensión del racismo a las del Perú. Por
lo tanto, por curiosidad le pregunté a las mujeres peruanas su perspectiva
sobre el racismo y la discriminación de género en el Perú. Inicialmente, sus
respuestas me invitaron a pensar que el racismo no existe realmente en Chimbote
o Perú en general. Pues la forma cómo usan las palabras "Negra",
"Morena" estan normalizadas como el uso de las palabras "Gorda"
o "Flaca".
Sin embargo, las
experiencias de las afro-peruanas dicen lo contrario. De un canal de Youtube, Una Chica Afroperuana, dos chicas hablaban
de comentarios que están cansadas de oír. Comentarios como: "eres muy
bonita para ser negra/ tú no eres negra, tú eres canelita, morena pues/ hablas
como negra/ hubo una mano negra" y la mayoría de cosas negativas, lo vinculamos
con el color negro, la mayoría de las cosas negativas se describen con el color
negro. En otras palabras, ser negro se asocia a no ser lo suficientemente bueno
y la misma palabra tiene connotaciones negativas. Estos ejemplos demuestran que
quizá la discriminación racial no es tan evidente o inconsciente como en los
Estados Unidos pero sí existe.
Si seguimos la
definición de la palabra "racismo", la creencia de que una raza en
particular es superior o inferior a otra, determinando así el logro cultural o
individual; entonces claramente las mujeres afro-peruanas están luchando contra
más que el machismo. Afortunadamente, sus voces están comenzando a ser
reconocidas. De un artículo de la BBC En 2010, Frecuencia Latina, un popular
canal peruano, suspendió a un popular personaje cómico llamado El Negro Mama
debido a la amenaza de una acción legal de Lundu, una organización de derechos
civiles afroperuano liderada por Monica Carrillo. En 2012, una mujer
afroperuana se convirtió en la primera en ganar un caso de discriminación
racial en Perú. Grupos activistas como Ashanti Perú, con sede en Lima, fortalecen
la identidad afro, el liderazgo, los derechos humanos y la cultura, local y
nacional de los afro-peruanas(os).
Pero todavía hay mujeres
que se siguen enfrentando a demasiados reveses en la sociedad de hoy, necesitamos
elegir unirnos bajo los valores la justicia, dignidad
y amor, el cambio es posible. Con organizaciones como La Casa de la Mujer,
Lundu y Ashanti Perú, la lucha por seguir elevando a las mujeres sin importar
su posición económica, su cultura, o su color de piel persistirá. Tengamos presente los derechos de las mujeres y
la igualdad de representación en nuestras acciones.
Recordemos pues que el Día
Internacional de la Mujer no sólo es un día para celebrar la belleza de las
mujeres, sino más bien un recordatorio de que sí, estamos haciendo camino pero
todavía tenemos un largo trecho por recorrer.
Todos los días podemos elegir
construir una sociedad más equitativa e incluyente, porque -en palabras de Bell
Hooks, una feminista y activista social estadounidense- en el momento en que elegimos amar comenzamos a avanzar hacia la
libertad.
Escribe Selene Mitchell - Misionera Laica del Verbo Encarnado
Misión Chimbote, Perú