Foto: Nauta, Amazonía | Fronteras Ambientales |
‘La Amazonía es un territorio clave para el futuro de
toda la humanidad’. Y es que actualmente, solo queda -en el Planeta- el
22% de bosques y florestas originarias. De ese 100%, el 34% están en la
Amazonía. Sin embargo, el territorio amazónico y los pueblos indígenas que
habitan en ella se ve amenazado por el modo de extraer los recursos naturales.
Y es que el territorio amazónico es el mayor espacio
mineral del Planeta; por lo tanto, ‘es asediada y cada vez más presionada por
intereses extractivos de empresas transnacionales y gobiernos’. Además, es
claro que la problemática se acompleja por la explotación de maderas, ausencia
o desarticuladas consultas previas en mega proyectos hidroeléctricos y
extractivos, conflictos internos, desplazamiento,
monocultivo, contaminación, etc.
Las palabras del Papa Francisco: ‘nuestra Casa Común clama por el daño que le provocamos a causa del uso
irresponsable y del abuso de los bienes que Dios ha puesto en ella’ nos llama
y desafía a apostar por articular acciones para avanzar en el trabajo por
la defensa de la vida.
Sin duda necesitamos poner nuestra mirada en la amazonía, porque ‘el ambiente humano y el ambiente
natural se degradan juntos, y no podremos afrontar adecuadamente la
degradación ambiental si no prestamos atención a causas que
tienen que ver con la degradación humana y social’. En este momento
histórico, la Red Eclesial Panamazónica
(REPAM) viene a ofrecernos también a nosotras(os), como iglesia, un luz
de esperanza para recuperar nuestra sensibilidad por la vida, por el
cuidado de la humanidad y la naturaleza, creación de Dios.
Nosotras(os) como oficina congregacional de JPIC, participamos actualmente en Comités ampliados impulsados por la REPAM; a fin de fortalecer la escucha, comunicación y acompañamiento a nuestros pueblos del territorio amazónico con respeto a sus culturas, tradiciones, costumbres, creencias y organización.
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