Hablar de la vida de Fray Martín es hablar del evangelio, ya no en el abstracto sino puesto en práctica, es descubrir el mandamiento del amor a Dios y al prójimo encarnado en una forma extraordinaria.
San Martín está bien arraigado en Lima (Perú), pues los Dominicos acompañaron a
Francisco Pizarro para establecer la ciudad en la ribera del Rímac en 1535.
Ellos recibieron el terreno donde se construyó el primer convento del Perú,
ahora Santo Domingo. Unos 50 años más tarde el joven Martín entró en este
convento como “donado” y lo hizo famoso por su vida de servicio alegre dentro
del convento y en las calles de la nueva ciudad.
En la persona humilde de Martín se combinaron características de tres
continentes: por su padre, un hidalgo español, es europeo; por su madre, una
africana liberada, es africano; por su nacimiento en Lima es americano. Sobre
todo, por su bautismo y entrega total al Señor, es católico mundial, dedicado
sin limite a mejorar la vida de los más necesitados. La actitud y prioridades
de San Martín nos ofrecen una base sólida para eliminar o aliviar mucho de la
pobreza inhumana por todas partes del planeta. Con razón el Papa Juan XXIII,
antes de canonizarlo, declaró que “es un santo no de una nación sino de todas
las naciones”.
Martín, por su humildad, fue un ejemplo encarnado de aquella
bienaventuranza anunciada por Cristo para todos los últimos de esta tierra, que
aprenden a poner su confianza en Dios: “Bienaventurados los pobres del
espíritu, porque de ellos es el Reino del Señor”.
“Hermano Martín! ¡Hermano Martín! decía la gente cuando andaba por las
calles. Defendía a los esclavos que lo tenían como a un padre. Sin perder su
acostumbrada calma, insistía en que los frailes respetaran los pocos derechos
de esos maltratados.
Para Fray Martín, las palabras de Jesús acerca del Último Juicio inspiraron
su dedicación incansable a los pobres, enfermos y otros afligidos: “El Rey
responderá: ‘En verdad les digo que, cuando lo hicieron con alguno de los más
pequeños de mis hermanos, me lo hicieron a mí' ”(Mt 25,40). Gracias a su
amistad ilimitada con Jesús sobre la cruz y en la Eucaristía, Martín había
absorbido mucho de su compasión con los doloridos y su deseo de compartir con
los hambrientos. Como se lee en el librito de Harry McBride, San Martín de
Porres – Patrono de la Justicia Social : “Se ha calculado que el mulato
alimentaba diariamente a cerca de doscientos pobres y que semanalmente
distribuía gran cantidad de artículos, medicinas y dinero”(p.40).
Cuando murió a los 60 años en 1639, miles, desde el virrey hasta los
esclavos, vinieron para expresar su profunda estima y gratitud a Martín.
Por su caridad extraordinaria, en el año 1945, con la aprobación de la
Santa Sede, fue nombrado Patrono de la Justicia Social.
Fray Martín de Porres, el mulato "santo de la escoba" fue
canonizado el 6 de mayo de 1962 por el Papa Juan XXIII.
Al recordar al santo peruano, venerado en el mundo entero, a la luz de las
bienaventuranzas, no podemos olvidar las palabras de Su Santidad, Juan XXIII,
pronunciadas en la ceremonia de la canonización: «Martín nos demuestra con el
ejemplo de su vida, que podemos llegar a la salvación y a la santidad por el
camino que nos enseñó Cristo Jesús. (Escrito por Clara Vásquez, OP)
Oración a San Martín- Jane Deren, Ph.D.
Santo Martín, vivimos en un mundo que desesperadamente
necesita de usted como modelo,
guíanos
hacia caminos de tolerancia y reconciliación.
Santo Martín, que sufriste los tormentos de tantas personas a
causa de tu herencia mestiza, guíanos hacia
la tolerancia y la reconciliación abierta para acoger a las personas sin
cuestionar
o desafiar sus identidades.
Santo Martín, que demostraste paciencia y respeto cuando
esperaste por muchos años la aceptación total de tu orden, guíanos para ser paciente y respetuosas/os en la medida que
trabajamos para la aceptación e inclusión de todos los hijos e hijas de Dios en
nuestras comunidades.
Que San Martín que trataba a ricos y pobres, a poderosos e
impotentes con la misma preocupación y compasión, nos guíe en la construcción
de una nación y comunidad mundial que ofrece hospitalidad de calidad a cada ser
humano.
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