“Señor, Señora, no sea indiferente, se
matan más mujeres en la cara de la gente” fue una de las tantas arengas que
mujeres y hombres de todas las
edades coreaban durante su recorrido por
la calles de Chimbote con ocasión de la ‘Marcha Ni una menos’ que a nivel
nacional se realizó en el Perú, el último 12 de agosto.
Batukadas, representaciones teatrales y mucha indignación también acompañaron el recorrido para llamar la atención y sensibilizar a la población sobre la problemática de violencia que sufren las mujeres pues, últimamente, además de atentar contra su integridad física, psicológica y espiritual; se le llega a quitar la vida a través del incremento de los feminicidios. Exigencias de políticas públicas que garanticen sus derechos reclamaban sus líderes y también pedidos para que los agentes del sistema de la administración de justicia penal (policía, Ministerio Público y Poder Judicial) actúen con celeridad y oportunidad para sancionar los casos que vulneran sus vidas.
Batukadas, representaciones teatrales y mucha indignación también acompañaron el recorrido para llamar la atención y sensibilizar a la población sobre la problemática de violencia que sufren las mujeres pues, últimamente, además de atentar contra su integridad física, psicológica y espiritual; se le llega a quitar la vida a través del incremento de los feminicidios. Exigencias de políticas públicas que garanticen sus derechos reclamaban sus líderes y también pedidos para que los agentes del sistema de la administración de justicia penal (policía, Ministerio Público y Poder Judicial) actúen con celeridad y oportunidad para sancionar los casos que vulneran sus vidas.
Organizaciones
de diverso tipo se solidarizaron con todas ellas y fue muy emocionante ver la
participación de niñas quienes, en forma alegre, acompañaban a sus madres a
corear las consignas y arengas motivadoras de la marcha. La esperanza se
manifestaba en ellas.
Juan, Misionero del Verbo Encarnado, dirigiendo la Batukada. |
La alegría de la protesta no debiera ser
manchada por actos violentos y hechos atentatorios a la vida de las mujeres
que, lamentablemente, continúan. Toda la sociedad en conjunto tiene la obligación
moral de garantizar a las ciudadanas y, particularmente, a las niñas, que
merecen espacios en los que sus derechos son respetados y de modo muy especial
el derecho a la vida. ¡Ni una menos!
La Comisión de Justicia Social en marcha. |
Escrito por Victor Mendoza, Comité Internacional de JPIC.
Fotografías: Comisión de Justicia Social
Fotografías: Comisión de Justicia Social
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