Corrupción.
La corriente subyacente de injusticia, mal comportamiento, robo y mentira ha
plagado muchas de las agencias del gobierno. También interrumpe las
interacciones diarias entre los peruanos. No es ningún secreto que este hermoso
país considerado por sus artes culinarias y conocido por sus maravillas
naturales, lucha por progresar y desarrollarse de una manera donde la mayoría
puede beneficiarse y prosperar. El constante empujón de querer defender la
justicia y, sin embargo superar la corrupción resulta insuficiente e incluso un
constante fracaso. Pero, este artículo no va a entrar en la historia de la
corrupción en el Perú ni los acontecimientos actuales, aunque algunos
antecedentes se utilizarán para conocer el contexto. Más bien, este artículo pretende
observar las maneras en que el liderazgo de un país afecta a las comunidades al
nivel local y al mismo tiempo destacando, dentro de las micro-sociedades, todas
esas formas en las que ciudadanos de a pie también incurren en actos de
corrupción. La teoría de “la economía trickle-down” establece que los
beneficios y riqueza de los ricos eventualmente llegarán a la mayoría de las
personas.
Si se
aplica esta misma teoría a la conducta, las prácticas empresariales, y las expectativas,
entonces una puede comprender mejor cómo la corrupción se ha infiltrado en la
vida de los peruanos. Aunque aceptemos las influencias de los medios de
comunicación y el liderazgo estatal, no podemos negar que presidentes
anteriores como Alberto Fujimori, de hecho, causaron repercusiones a largo
plazo - desde una perspectiva social y cultural. El autor Julio Carrión
escribió: "En la era Fujimori la corrupción era una característica
constitutiva primaria del régimen. Fujimori y su círculo íntimo estaban libres
de escrutinio y podían actuar con impunidad" en su libro titulado "El
Legado de Fujimori: El Auge del Autoritarismo Electoral en el Perú.”
En
esencia, Fujimori formó las bases para un gobierno de fácil acceso a la
corrupción y al crimen. De hecho, éste fue capaz de infiltrarse en todos los
aspectos del sistema político y eliminar el respeto de toda autoridad. En el
sentido de la necesidad de seguir protocolos y regulaciones vaciló. Su larga
lista de malas acciones ha permanecido en muchos aspectos con el país.
Esto no quiere
decir que Fujimori fuera el único culpable de la corrupción en Perú, sino que
fue un actor importante para su existencia abierta e incluso aceptada.
Un profesor
de química de la Universidad de San Pedro en Chimbote me compartió su
perspectiva sobre la corrupción a nivel comunitario, él explica que una de las
razones porque las personas actúan sin rendir cuentas es porque sus jefes han
optado por actuar y pensar más por sí
mismos que por el bien común. De hecho
el sistema de control y equilibrio se ha ido degradando con el tiempo. De tal
manera que aquellos dentro del poder y quienes se esfuerzan por obtenerla no
logran distinguir que es realmente correcto y que no.
En
Chimbote, aunque se pueden encontrar comportamientos similares en todo Perú,
existe esta mentalidad: ‘las cosas no van a cambiar por lo tanto, entonces por
qué esforzarse en tratar de cambiarlas’. Tal vez esta perspectiva se derive de
los años de vivir bajo un sistema de gobierno y policía totalmente
insatisfactorio. Sin embargo, las acciones resultantes o la falta de las mismas
a menudo equivalen a ser insostenible o socavar unos a otros.
Lo fácil
que es pagar a un oficial de policía para evitar obtener una sanción o para
obtener documentos que acrediten que autos obsoletos sigan en vías públicas, es
realmente sorprendente. Se ha convertido en la norma. Por ejemplo, los planos
para un nuevo proyecto de construcción tiene un precio más alto que el
calculado y el dinero extra beneficia a las empresas, esto es de conocimiento
común, pero nadie reacciona para exigir
mayor transparencia. Del mismo modo, cuando un político asiste a una agencia
sin fines de lucro para recibir una beca u operar fondos, se espera que una
parte de ese dinero se le dé al político. De lo contrario se conoce como
retroceso. Estos ejemplos de eventos en la vida real son sólo algunas de las
formas en que la corrupción en formas simples tiene lugar. Por supuesto, estos
ejemplos no representan a todos los peruanos, pero seguramente sí a algunos.
Como yo, muchas personas se preguntan: ¿de dónde derivan estos comportamientos?
¿Son resultado de la pobreza o la codicia?
Conocer la
respuesta a esa pregunta puede que nunca se haga evidente. Sin embargo, la enseñanza
y primera escuela es el hogar. Los niños y los padres aprenden su código moral,
sus modales y sus valores normales entre familia y amigos. Si queremos que las
generaciones futuras vivan en una sociedad más justa y responsable, debemos
primero tomar posesión de nuestros propios comportamientos y cómo influenciamos
a quienes nos rodean.
Una
comunidad educada gana poder conociendo sus derechos como ciudadanos. Por lo
tanto, adquirir la capacidad de verificar todo poder. Porque cuando todo está
dicho y hecho, un gobierno sin una comunidad no puede correr bien. Continuar
permitiendo que las instancias antes mencionadas ocurran, permite el deterioro
de la sociedad. Uno sólo esperaría que a través de la educación y la rendición
de cuentas los que son atrapados en la corrupción serán procesados. Con el
resultado a largo plazo de poner fin al sufrimiento de la gente y evitar las
microagresiones diarias entre sí.
Escribe: Selena Mitchell, Misionera Laica del Verbo Encarnado
No comments:
Post a Comment