Saturday, December 5, 2015

Primera religiosa mártir por el cuidado de “la casa común”

Ecología, justicia y paz son inseparables. Estos paradigmas implican un cambio radical en el sistema económico, en la mentalidad de los jefes de Estados y de los ciudadanos; un cambio en la producción que respete la naturaleza y la recree, una relación de comunión con ella, y de amor a las futuras generaciones que tienen derecho a disfrutarla y a obtener los beneficios necesarios para vivir con dignidad; un amor a la madre Tierra, que está en estrecha relación con Dios, verdadera Fuente de Vida del Universo entero puesto al servicio de la felicidad de toda la humanidad sin excepciones.
Parece increíble que por algo tan propio del amor a la vida, a causa de la codicia, la ambición y el afán de riqueza de unos pocos se movilicen fuerzas de destrucción que acaban con vidas que sólo buscan el bien, incluidos los asesinos y sus descendientes, que ocasionan que millones de personas en la humanidad pasen hambre y sufran las consecuencias que esto ocasiona, siendo que la naturaleza y la creatividad humana cuentan con posibilidades para erradicar el hambre en este mundo. Con Dorothy y Francisco afirmamos la necesidad de buscar “un nuevo comienzo” (n.207); “una conversión ecológica” (n.216), “una ciudadanía ecológica” (n.211), “un nuevo estilo de vida asentado en el cuidado, la compasión, la sobriedad compartida, la alianza entre la humanidad y el ambiente, pues ambos están umbilicalmente ligados, la corresponsabilidad por todo lo que existe y vive y por nuestro destino común” (nn.203-208).
La muerte de Dorothy y la Encíclica recobran sentido si “caminamos cantando”; si “nuestras luchas y nuestras preocupaciones por este planeta no nos quitan la alegría de la esperanza” (n.244); si “nuestro tiempo se recuerda por […] la firme resolución de alcanzar la sostenibilidad, por acelerar la lucha por la justicia y la paz, y por la alegre celebración de la vida” (n.207).

Dorothy fue una religiosa de la Congregación Notre Dame of Namur que se dedicó durante cuarenta años a la evangelización en Anapú, parroquia del Estado amazónico brasileño del Pará. Se destacó por la promoción del desarrollo comunitario y por la defensa de la selva contra la deforestación y la aniquilación de la comunidad amazónica (cfr. L.S. nn.36.38). Por esa causa, a los 73 años, fue asesinada. Leer más: http://blog.cristianismeijusticia.net/?p=12960&lang=es

Fuente: Fundación Luis Espinal - Escribe Clara Temporelli

No comments:

Post a Comment