Los ciclones registrados en Bangladesh en 1991 terminaron con la vida de
casi 140.000 personas, de las que el 90% eran mujeres. Casi dos décadas después,
en 2008, dos tercios de las casi 150.000 víctimas de Myanmar durante el ciclón
Nargis fueron mujeres, según datos del Banco Mundial. Las cifras revelan una preocupante realidad: cuando
ocurre un desastre, las mujeres tienen mayores probabilidades de morir que los
hombres.
Nadie duda que el cambio climático es un problema global, que impacta tanto
en el aspecto económico, social, como en el político. Sin embargo, no afecta
por igual a toda la población, particularmente a las mujeres. El Panel
Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC)
señala que los eventos climáticos extremos
impactan más en los países y personas con mayor situación de pobreza, entre
quienes las mujeres representan el 70%.
Así, los estudios demuestran que los
hombres y las mujeres son vulnerables al cambio climático de manera
diferenciada y que los primeros disponen de más medios para
adaptarse ante las adversidades. Es más, la Convención Marco
de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC)
alerta que las mujeres constituyen una de
las poblaciones más vulnerables al clima y que, a medida que
aumenta el impacto del calentamiento global, crece también la vulnerabilidad
hacia este grupo.
“El cambio climático es un multiplicador de amenazas; que
agrava la pobreza y socava todos los aspectos del desarrollo y la seguridad
humana”, señala Mary Robinson, Embajadora
Especial de Naciones Unidas para Cambio Climático.
La disparidad de género no sólo se limita a los desastres naturales, sino
que afecta en todas las esferas. ONU Mujeres alerta
que las mujeres dedican una cantidad desproporcionada de tiempo a
buscar alimentos, combustible y agua, o a trabajar con los cultivos.
Así, aunque las mujeres
representan el 43% de los trabajadores de la agricultura en los países en
desarrollo y generan hasta el 80% de la producción de alimentos en algunas
regiones, tienen mucha más dificultad para obtener financiación que los hombres,
señala la FAO.
“Sólo el 7% del total de las inversiones agrícolas son otorgadas a las mujeres
y solo el 5% tiene acceso a los servicios de extensión agrícola. Si mujeres y hombres tuvieran el mismo acceso a los
recursos productivos, los rendimientos en sus granjas podrían aumentar entre
20% y un 30%, lo que reduciría el número de hambrientos en más de 100 millones
de personas”, afirma Segolene
Royal, ministra francesa de Ecología, Desarrollo Sostenible y Energía.
Leer más: http://bit.do/bzHiC
No comments:
Post a Comment