Sor Petra junto a dos trabajadores construyendo la casa. |
Sor Petra Peña CCVI dice ‘¡Alabado sea el Verbo Encarnado!’
y ellos, al unísono, responden ‘para
siempre, amén’; tras haber cantado una bendición por los alimentos recibidos.
Son tres trabajadores -que ayudan en la construcción- pero sus voces son tan potentes que se
escucha como 6. Así, ellos comparten alegremente los alimentos con
las hermanas. Sin duda es un tiempito para descansar, comer y seguir ‘platicando’
sobre el ‘la casa ecológica CCVI’ que ellos mismos no sabían que
podían construir.
‘Estoy con ellos en todo momento, para orientar la construcción de nuestra casa; y es que ellos han construido muchas casas
por aquí, pero ninguna como ésta’ me explica Sor Petra Peña, CCVI. Así lo constato, todo es diferente, desde la fuerte
cimiente (base de la casa) que recoge toda la sabiduría de las comunidades
indígenas hasta los innovadores baños ecológicos.
La construcción tiene como materiales primordiales el adobe
y la cal, en algunas ocasiones sobre todo para el soporte de las columnas se usan
algunas maderas y si es necesario un ‘poquito’, sí, ‘poquitito de cemento’.
Ello, ha hecho que los amigos que ayudan en la construcción se entusiasmen aún
más, y es que ellos dicen: ‘¡estamos aprendiendo mucho! Es como lo hacían
nuestros antepasados ¡Ya podemos construir más casas así!’
La distribución de la casa, me hace pensar en los espacios de mi casa. Ésta casa tendrá dos espacios verdes internos. Sí, dos
jardínes adentro ¿acaso no es extraordinario? ¿dónde está mi jardín? ¿qué lugar
ocupa el ‘ jardín de la vida’ en mi ‘casa’?
Al pasar entre habitación y habitación, se observa cómo está
bien ubicado el recolector de agua de lluvias, las conexiones para la
reutilización del agua del área de lavado, las grandes ventanas para
mantener la luz del día; no habrá necesidad de encender luz eléctrica durante el día.
Quizá otro detalle importante, que definitivamente me
interpela, son los ‘baños ecológicos’. Son tan cómodos, ‘tan normales’ y tan
buenos para las plantas que me pregunto: ¿qué realmente aún podría servir antes
de ‘botarlo’ o ‘desperdiciar’?
Así se va construyendo la casa, día a día, con alegría y
aprendizajes. Y si bien aún la casa no está terminada las Hermanas ya reciben a
curiosas (como yo), ecologistas y profesionales que quieren colaborar de algún
modo en este proyecto. De hecho, tuve la alegría de ser testigo de una
exposición denominada ‘propuesta de techo para la casa ecologica CCVI’ en una de las
universidades locales más importante en Ciudad Juárez ¡Cuánto entusiamo y creatividad el de las
universitarias y universitarios de la Escuela de Arquitectura! ¡Qué liderazgo
del Maestro del área de sostenibilidad! ¡Cuánta sensibilidad ecológica expuesta
en trabajos realmente de calidad y compromiso con el planeta!
¡Qué bonito todo lo que está pasando! ¡Qué bendición es para
todas nosotras este proyecto! ¡Cuántas personas soñando en hacer las cosas
mejor! ¡Cuánto impacto! Y como dice Sor Petra: ‘éste proyecto es de Dios, nada
acontecería si no fuera iniciativa suya y como Él lo sueña’. Sí, así también lo
intuye mi corazón, porque Él nos ha llamado a ser protectoras(es) de su
creación.
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