Wednesday, September 14, 2016

Casa ecológica CCVI en Ciudad Juárez

Sor Petra junto a dos trabajadores construyendo la casa.
Sor Petra Peña CCVI dice ‘¡Alabado sea el Verbo Encarnado!’ y ellos, al unísono,  responden ‘para siempre, amén’; tras haber cantado una bendición por los alimentos recibidos. Son tres trabajadores -que ayudan en la construcción-  pero sus voces son tan potentes que se escucha como 6.  Así,  ellos comparten alegremente los alimentos con las hermanas. Sin duda es un tiempito para descansar, comer y seguir ‘platicando’ sobre el ‘la casa ecológica CCVI’ que ellos mismos no sabían que podían construir.


‘Estoy con ellos en todo momento, para orientar la construcción de nuestra casa; y es que ellos han construido muchas casas por aquí, pero ninguna como ésta’ me explica Sor Petra Peña, CCVI.  Así lo constato, todo es diferente, desde la fuerte cimiente (base de la casa) que recoge toda la sabiduría de las comunidades indígenas hasta los innovadores baños ecológicos.

La construcción tiene como materiales primordiales el adobe y la cal, en algunas ocasiones sobre todo para el soporte de las columnas se usan algunas maderas y si es necesario un ‘poquito’, sí, ‘poquitito de cemento’. Ello, ha hecho que los amigos que ayudan en la construcción se entusiasmen aún más, y es que ellos dicen: ‘¡estamos aprendiendo mucho! Es como lo hacían nuestros antepasados ¡Ya podemos construir más casas así!’

La distribución de la casa, me hace pensar en los espacios de mi casa. Ésta casa tendrá dos espacios verdes internos. Sí, dos jardínes adentro ¿acaso no es extraordinario? ¿dónde está mi jardín? ¿qué lugar ocupa el ‘ jardín de la vida’ en mi ‘casa’?

Al pasar entre habitación y habitación, se observa cómo está bien ubicado el recolector de agua de lluvias, las conexiones para la reutilización del agua del área de lavado, las grandes ventanas para mantener la luz del día; no habrá necesidad de encender luz eléctrica durante el día.

Quizá otro detalle importante, que definitivamente me interpela, son los ‘baños ecológicos’. Son tan cómodos, ‘tan normales’ y tan buenos para las plantas que me pregunto: ¿qué realmente aún podría servir antes de ‘botarlo’ o ‘desperdiciar’?

Así se va construyendo la casa, día a día, con alegría y aprendizajes. Y si bien aún la casa no está terminada las Hermanas ya reciben a curiosas (como yo), ecologistas y profesionales que quieren colaborar de algún modo en este proyecto. De hecho, tuve la alegría de ser testigo de una exposición denominada ‘propuesta de techo para la casa ecologica CCVI’ en una de las universidades locales más importante en Ciudad Juárez  ¡Cuánto entusiamo y creatividad el de las universitarias y universitarios de la Escuela de Arquitectura! ¡Qué liderazgo del Maestro del área de sostenibilidad! ¡Cuánta sensibilidad ecológica expuesta en trabajos realmente de calidad y compromiso con el planeta!


¡Qué bonito todo lo que está pasando! ¡Qué bendición es para todas nosotras este proyecto! ¡Cuántas personas soñando en hacer las cosas mejor! ¡Cuánto impacto! Y como dice Sor Petra: ‘éste proyecto es de Dios, nada acontecería si no fuera iniciativa suya y como Él lo sueña’. Sí, así también lo intuye mi corazón, porque Él nos ha llamado a ser protectoras(es) de su creación.







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